domingo, 5 de octubre de 2014

Kyoudai 兄弟 - Capítulo 7

CAPÍTULO VII: LA ASAMBLEA DE GUERRA

Alba despertó en el establo y a su lado se encontraba su padre adoptivo con un rostro de preocupación. En cuanto abrió los ojos su padre empezó a brincar de alegría y abrazó a Alba torpemente con sus pezuñas mientras, entre lágrimas, decía:

¡Gracias a los cielos, estás bien! Pensaba que no iba a volver a verte.

Alba se incorporó lentamente y frente a ella pudo distinguir otra figura equina, pero parecía más robusta y fuerte. Se frotó los ojos y vio a la Reina Syria, allí, en su casa.

Syria: Menos mal que te has recuperado. Pensábamos que te habíamos perdido para siempre.

Alba: ¿Qué ha pasado con Seediria? Tengo los recuerdos un poco borrosos. ¿Dónde está Ártex?

Syria y el padre de Alba se miraron desconcertados, como si no supiesen de lo que estaba hablando.

Syria: Llevas durmiendo más de 3 días, es posible que los efectos del sueño todavía estén distorsionando tu visión de la realidad.

Alba: No… estoy segura de que lo he vivido. Ártex vino a verme y me llevó a un bosque donde encontré una fuente y viaje a Seediria y además… todo eso… ha sido real ¿no?

Syria: Me temo que todavía necesitas descansar. Cuando llegué para hablar sobre la posibilidad de construir una armadura especial para ti te encontré tirada en el suelo, inconsciente.

Alba: Pero… no puede ser… estoy segura de que lo que vi era real… ¡puedo demostrarlo!

Alba extendió la palma de su mano e instintivamente pronunció un hechizo que provocó una pequeña llamarada que se elevó prácticamente hasta el techo del establo. Syria no podía dar crédito a lo que veía, y el padre de Alba se había desmayado de la impresión.

Syria: Es la primera vez que veo algo así… he leído historias antiguas de civilizaciones pasadas como los Ormag que podían manipular los elementos y controlarlos… pero tenía entendido que solo eran una leyenda… no se han encontrado indicios de magia en todo Windfair desde la era Aris… hasta ahora.

Alba: ¿Ves? Fui a Seediria y aprendí sobre el pasado, el otro mundo, y hablé con Elyra que fue la que me dio la magia.

Syria interrumpió a Alba abruptamente.

Syria: Un momento… ¿has dicho Elyra? ¿Has conocido a la legendaria Reina Elyra? ¡Es imposible! Tiene que haber otra explicación para esto, no puede ser cierto…

Alba: Pues es la verdad. Conocí a Elyra y ella me imbuyó con su espíritu y me devolvió a Windfair.

Syria: ¿Estás diciendo que el espíritu de Elyra ahora yace en tu interior? Sabía que eras especial desde el primer momento que te vi llegar a Tensora a lomos de tu padre… tu poder podría darle la vuelta a esta guerra. Esta… magia puede ser lo que necesitamos para vencer a las pingüinas yandere.

Mientras Alba le contaba a Syria todo lo que había sucedido en su viaje fantástico, al otro lado del continente los ositos de gominola se preparaban para la reunión de alto secreto con los unicornios para determinar que hacer de ahora en adelante.

Javi había estado entrenando muy duro y su armadura y arma se habían fortalecido aún más con el tiempo. Ahora mismo estaba al nivel de los más veteranos ositos y el jefe de la aldea le había otorgado la medalla de frambuesa, la mayor condecoración de los ositos guerreros.

El jefe de la aldea eligió a Javi a un escuadrón de 6 ositos guerreros como su escolta personal y se montaron en los transportadores de gelatina y pusieron rumbo a la I Asamblea de Guerra de Windfair.
Syria y sus unicornios también estaban de camino al punto de reunión.

Se decidió que la asamblea se realizaría en el pilar de la creación, una estructura antigua en el centro de Windfair que se cree que fue el antiguo emplazamiento de la fuente de la creación y donde se reunían todas las razas para hablar. Para los habitantes de Windfair este lugar era como un punto de reunión sagrado al que solo había que acudir en momentos decisivos.

Tanto Javi como Alba se quedaron sorprendidos ante la majestuosidad de aquel edificio. A pesar de haber sido castigado con el paso de los años y de estar prácticamente en ruinas, era una estructura que hacía honor a su nombre.

Tenía 6 entradas, cada una situada en una dirección con una gran puerta adornada con lo que parecían ser gemas y según cuenta la leyenda, las diferentes razas de Windfair tenían su correspondiente entrada y a través de ella llegaban a la sala central, donde se celebraba la reunión.

Como no podía ser de otra forma, respetando la leyenda, los unicornios entraron por la entrada oeste y los ositos de gominola atravesaron la entrada este. Una vez dentro, prácticamente no había ni un atisbo de luz y lo único que iluminaba los pasadizos eran unas pequeñas velas colocadas en la pared.

El camino se dividía en 2. Una larga escalera que parecía ascender hacía el cielo y un camino recto donde parecía verse luz al final del túnel. El edificio se diseñó así para que los reyes hablaran desde la parte elevada, mientras sus guardias se apostaban en la cámara baja de la sala central.

Dos ositos de gominola y dos unicornios se quedaron guardando el camino de las escaleras mientras que el resto de escoltas se dirigieron hacía la gran sala central. Sin duda alguna, aquel lugar era algo mágico.

Una vez en la sala central, tanto los unicornios como los ositos de gominola se quedaron asombrados. Pero sin duda alguna los dos guerreros que se quedaron más perplejos fueron Alba y Javi. Se miraron detenidamente el uno al otro y respondieron prácticamente al unísono –Eres igual… a mí.

Ajenos a todo cuanto les rodeaba tanto Javi como Alba no podían creer lo que estaban viendo. Desde pequeños habían pensado respectivamente que eran los únicos seres de carne y hueso de todo Windfair y ahora se habían encontrado el uno al otro. Fue un encuentro sin precedentes. Algo que sin duda alguna quedaría grabado en la memoria de ambos y en la historia de Windfair.

La asamblea de guerra había pasado a un segundo plano tras aquel encuentro. Los guerreros de ambas facciones que se encontraban en la sala central estaban sin palabras. Javi, portador de la armadura arcoíris; y Alba, elegida de la Elyra; los dos hermanos separados al nacer estaban a punto de descubrir su destino…

Javi fue el primero en hablar, con una voz temblorosa y un tono claramente asombrado.

Javi: ¿Recuerdas donde naciste? ¿Sabes quién soy, de donde vengo yo? ¿Hay más como nosotros en Windfair? ¿Qué es lo que somos?

Alba negó con la cabeza: Yo tengo las mismas preguntas para ti, siento no poder ser de ayuda. Es la primera vez que veo a otra persona igual que yo en Windfair, creía que yo era la única…

Javi le contó todo lo que pudo sobre su vida con los ositos de gominola y como se había convertido en un guerrero para luchar contra las pingüinas yandere y preservar la paz. Alba le habló de la historia de Seediria y como se había convertido en una guerrera de los unicornios que podía usar magia ancestral.

Los dos se miraron a los ojos un instante y agacharon la cabeza con tristeza. Seguían igual que antes, no sabían nada de su pasado ni de por qué estaban ahí. Sin embargo se habían dado cuenta de algo…

Alba: Javi… ¿te has dado cuenta de que los dos buscamos lo mismo?

Javi: Sí… tal vez no sepamos nada de nuestro pasado pero si avanzamos al futuro tal vez lo descubramos.

Alba: Eso mismo había pensado yo. Ambos buscamos la paz en Windfair, tal vez es el motivo por el que estamos aquí. Es posible que la respuesta que buscamos no esté en el pasado sino en el futuro.

La conversación de Javi y Alba fue interrumpida abruptamente por el sonido estridente de una campana en lo alto de la torre que extendía el sonido por todos los rincones de la estructura.

Soldado: El Jefe de los ositos de gominola y la Reina de los unicornios han tomado una decisión en la asamblea de Windfair. Ambas razas enviaran sus tropas al frente para acabar con la amenaza de las pingüinas yandere. ¡Lucharemos por la paz de Windfair!

Alba y Javi se miraron decididos y se prepararon para reunir a todas las tropas y partir hacia el frente. Aunque el encuentro fue corto, ambos obtuvieron la misma respuesta. El destino de los dos hermanos estaba cada vez más cerca.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Inazuma Eleven Go: Sombra


A pesar de que el fútbol no es una de mis pasiones, una vez más el mundo del anime ha conseguido obrar esa magia que tanto lo caracteriza para crear uno de los animes que me ha conseguido entretener durante unos largos años con todas sus temporadas. Tanto las 3 temporadas de la saga original (Inazuma Eleven) como las otras 3 entregas de su secuela (Inazuma Eleven Go).
Inazuma Eleven Go: Sombra
Cuando encuentro una serie que me gusta y da la casualidad de que algún producto llega a nuestro país, cosa bastante difícil por la baja demanda de este tipo de mercado (o al menos eso es lo que intentan hacernos creer), normalmente intento comprarme algo de ese anime. Puede ser un manga, un poster, una figura, o como en este caso, un videojuego.

Antes de que Inazuma Eleven se hiciera famoso en nuestro país, yo ya había jugado a los 3 primeros juegos y me había visto las 3 temporadas de la historia original así que cuando llegó el “boom” de esta serie en España yo estaba un poco por delante del resto.

Los 3 primeros juegos me gustaron mucho, me hicieron revivir la historia de Inazuma Eleven en primera persona, pudiendo elegir como organizaba el equipo, los partidos y que técnicas debería utilizar en los mismos. La verdad es que Level-5 hizo un gran trabajo con los 3 primeros videojuegos y cuando vi que iban a sacar el juego de Inazuma Eleven Go para 3DS no pude resistirme a comprarlo.

La metodología del juego no varía mucho respecto a las entregas anteriores, salvo por la mejora en la calidad gráfica, fruto del salto a la nueva consola Nintendo 3DS. Seguimos controlando al personaje principal, en este caso a Arion Sherwind y el sistema de entrenamiento se basa en las tradicionales pachangas, pero con una diferencia, esta vez las pachangas son opcionales y puedes decidir si quieres retar a otros jugadores. En los juegos anteriores te aparecían de forma aleatoria y tu única opción era escoger si jugabas el partido o no.

En ese aspecto, debo decir que prefiero este sistema dado que el otro al principio estaba bien, pero cuando ya tenías un nivel elevado era un poco molesto tener que sufrir las interrupciones en el juego cada cierto tiempo. Sin embargo, debo decir que el antiguo sistema incentivaba más a subir de nivel. Ahora puedes pasarte el juego sin hacer ninguna pachanga aunque Level-5 ya ha incrementado la dificultad de los equipos rivales para evitar que sea tan fácil hacerlo sin entrenar.

Vamos ahora a un aspecto que siempre he odiado. No solo en los juegos, sino también en los animes o mangas que llegan a nuestro país: el doblaje.

Por el amor de Dios, ¿tan difícil es dejar los nombres tal y como están en la versión original? Ya no solo me parece una falta de respeto hacía el autor que ha diseñado los personajes y les ha puesto nombres, sino que además para aquellos que hemos visto el anime original, nos parece una blasfemia. He creado una tabla para que podáis ver algunos de los estragos del doblaje.

Sin comentarios...
¿Entendéis porque digo que es una aberración? Podría entender que los españoles fuéramos tan cortos como para recordar Shinsuke y tuviéramos que cambiar el nombre para que los pobres niños no tengan que hacer el esfuerzo sobrehumano que supone pronunciar Shinsuke… ¿pero Jean-Pierre Lapin?
Shinsuke llora porque le han puesto un nombre francés
En fin… dejemos el tema del doblaje porque podría hablar durante horas sobre este tema y debería centrarme en la reseña del videojuego Inazuma Eleven Go: Sombra.

Jugando al juego he podido comprobar que la música no acaba de completar la inmersión al mismo. Ayuda en determinados momentos clave para saber que algo malo va a pasar pero no me ha acabado de convencer demasiado, pienso que se podría explotar un poco más como hacen en el anime.  

Como cabía esperar Level-5 vuelve a la carga en el que creo que es su mejor punto fuerte: la animación.

Las animaciones de las escenas de vídeo, las supertécnicas de los personajes en los partidos y el diseño de personajes en 3D son de una calidad excelente haciendo honor al nombre de esta aclamada compañía de videojuegos. Sus juegos siempre suelen sobresalir en ese aspecto e Inazuma Eleven Go: Sombra no es la excepción.


Por lo que respecta a la jugabilidad poco puedo decir, como ya he mencionado antes no dista mucho de las entregas anteriores de Inazuma Eleven y la metodología es en esencia la misma.

No obstante, algo que si me ha sorprendido es que al terminar el juego necesites encontrar a otro jugador que tenga la versión análoga a la tuya, en mi caso necesitaría a un usuario con el juego Luz, para poder terminar al 100 % el juego.

Yo entiendo que así fomentan un poco la sociabilidad, el encontrar a alguien con tus mismos gustos y ese tipo de cosas, pero yo siempre he pensado que restringir un juego es algo negativo, especialmente si no aprovechas las nuevas tecnologías que pueden aplicarse al multijugador.

Yo aún recuerdo como de pequeño para intercambiar pokemon de la edición azul y roja me iba con unos amigos a la hora del recreo a una esquina con un cable link para conseguir ese tan ansiado pokemon que completaría la Pokedex o que necesitabas intercambiarlo para que evolucionara (Ay, Alakazam… cuantas victorias me ha dado ese pokemon…)

Pero en los tiempos que corren, volver a tener que buscar a una persona que tenga la edición contraria para conseguir, en este caso desbloquear el camino, me parece una mala idea.

En conclusión, Inazuma Eleven Go: Sombra/Luz es un juego que recomiendo especialmente a aquellos fans de Inazuma Eleven que ya hayan jugado a los anteriores o quieran estrenarse con este.

La historia está muy bien llevada y las posibilidades tras acabar el juego son infinitas.

Puedes reclutar a los jugadores que quieras y crear tu equipo ideal, lleno de invocadores que hagan temblar a tus adversarios e intentar completar el 100 % del juego, que os aseguro que os dará horas y horas de diversión.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Dan'thil: El último linaje de magos - Capítulo 7

CAPÍTULO 7: EL DESCANSO DE LOS MUERTOS

El hermano de Alaria estaba liderando una horda de muertos vivientes de las tierras del nigromante Belazar. ¿Porque razón alguien de los Cazadores de Vientos iba a emprender semejante cruzada destructiva? A todos los miembros de los Phantom les asaltaban las dudas y no podían quedarse sin llegar al fondo de la cuestión.

Drew: Señor Kandelz, ¿le importaría hablarnos del hermano de Alaria?

Kandelz dudó por un momento y suspiró

Kandelz: Esta bien, pero será rápido. Debo guiar a mis hermanos a la guerra y preparar un plan de ataque junto Alaria y sus cazadores.

---------

Antiguamente la ciudad de Sal’Irah estaba construida en la tierra y gozaba de gran prosperidad gracias al comercio de las otras ciudades de magos de Endalar. Sin embargo, a diferencia de las otras razas de magos, los cazadores de vientos, también conocidos en aquel entonces como Taralim, no buscaban el conocimiento, sino el poder y el control de la tierra.

En aquel entonces todas las razas se preguntaron porque a una raza con ambiciones de conquista se le permitía vivir en Endalar. El archimago Arcan y el consejo de los 12 iniciaron un intenso y largo debate sobre los Taralim y sobre si eran necesarios en este paraíso sagrado. El debate duró 2 años y estuvo cargado de opiniones dispares que iniciaron las primeras chispas del odio en nuestro mundo.

Las razas ya no confiaban las unas en las otras y poco a poco cada una se fue encerrando en su territorio buscando el conocimiento a su manera y practicando sus artes mágicas de manera independiente. Todos excepto los Taralim, que se dedicaban a la investigación de encantamientos de armería para imbuir sus armas para el combate.

En aquel entonces el Rey de Sal’Irah, el difunto padre de Alaria, solo se preocupaba por sus planes de conquista. Tuvo dos hijos, Adriel y Alaria, pero cada uno tomó caminos diferentes. Adriel siguió los ideales de su padre mientras que Alaria creía que lo mejor era estudiar las artes mágicas del pueblo y desarrollarlas para prosperar.

Al cabo de 2 años más, llegó el tan temido día. Los guerreros Taralim cargaron contra las demás razas de Endalar en busca de dominar todo nuestro mundo. Todos los archimagos coincidieron en que esto era un acto vergonzoso e imperdonable. Endalar se había creado para huir de esa actitud autodestructiva de los humanos y ahora se enfrentaban a una raza que había perdido la razón.

La guerra fue relativamente corta. Solo hicieron falta 3 meses para hacer retroceder al enemigo. Todas las razas de Endalar lucharon contra los Taralim, incluso el archimago representante del pueblo Talarim se rebeló contra su propio pueblo por empezar ese conflicto sin sentido.

Al ver que estaban perdiendo, el Rey de Sal’Irah se fue con sus dos hijos a las tierras de Belazar, más concretamente a la montaña de las almas errantes. Alaria estaba totalmente en contra de la actitud de su padre pero Adriel lo seguía ciegamente. A pesar de los esfuerzos de Alaria por detenerlo, no hubo manera de que cambiara de parecer.

Cuando llegaron a la montaña de las almas errantes se dirigieron directamente a la cripta subterránea que yace en las profundidades de la montaña. Un lugar tétrico, rodeado de lava oscura, donde solo se escuchaban los gritos de las almas que habían quedado allí atrapadas.

El hedor a muerte era insoportable, las telarañas abundaban por todas partes y cientos de esqueletos y cadáveres en descomposición adornaban las paredes de aquel santuario de la muerte.

El padre de Alaria leyó el en libro de Belazar los oscuros secretos que albergaba ese lugar. Según las experiencias del nigromante, el señor de los muertos habitaba en aquel lugar y recogía las almas tanto de Endalar como de la superficie. Asimismo, a cambio de algo importante podía conceder deseos a aquel que lo llamase, y eso es precisamente lo que el padre de Alaria quería hacer.

Cuando llegaron a la sala del trono, el señor de los muertos ya les estaba esperando. Nadie sabe con exactitud qué fue lo que pactaron en la cripta pero los Talarim caídos empezaron a revivir uno tras otro y la guerra se alargó más de lo previsto.

Alaria, horrorizada por aquel panorama, decidió poner fin a la locura de su padre y fue a los aposentos de su padre con la intención de asesinarlo y arrebatarle el poder demoníaco que había corrompido su alma. Alaria lanzó una flecha que atravesó el corazón de su padre limpiamente y acabó con su vida.

Pero la masacre no se detuvo. Los muertos vivientes seguían luchando y no había manera de detenerlos. Entonces fue cuando Adriel apareció y retiró el cadáver de su padre mientras se reía a carcajadas. Adriel miró a Alaria y le dijo que había cometido un gran error.

Al parecer, su padre solo era una herramienta. Adriel es quien hizo un pacto con el señor de los muertos y utilizó a su padre como una especie de catalizador. En el momento que su corazón se detuviese, una gran catástrofe asolaría Endalar. Como los guerreros Taralim, ahora eran muertos vivientes, serían los únicos que sobrevivirían.

Se despidió de Alaria fríamente puesto que ella también iba a morir. Pero antes la acompañó al balcón de palacio para que viera lo que estaba pasando. Ríos de lava, inundaciones, terremotos que partían la tierra… Alaria no podía creer lo que estaba viendo.

Alaria había estado estudiando las artes mágicas antiguas de su pueblo y decidió que era el momento de ponerlas en práctica. Conjuró un hechizo con ayuda de algunos estudiantes de la escuela de magia y Sal’Irah empezó a elevarse hacía el cielo. A su vez, las estructuras iban adaptándose a su nuevo medio y tal hazaña culminó con la ciudad de las nubes que tenéis ante vuestros ojos. Alaria creyó que era lo mejor. Por una parte sería un castigo para los Talarim, que nunca podrán volver a pisar el suelo, y por otro lado sería la salvación de su pueblo.

Adriel había perdido los últimos vestigios de su razón. Ni siquiera quería conquistar Endalar, simplemente quería verlo destruido. En ese momento Alaria puso una coraza de hierro en su corazón y una máscara en su rostro y se convirtió en la persona fría y carente de sentimientos que habéis conocido. Para poner fin a la locura de su hermano, disparó una flecha imbuida con un hechizo de sellado, que lo mató y encerró su alma en la cripta de la montaña de las almas errantes.

Las catástrofes se detuvieron y al cabo de unos días los archimagos reconstruyeron Endalar con su magia devolviéndole su antiguo esplendor. Por último, se fueron a Sal’Irah para hablar con Alaria y sus intenciones.
Alaria les respondió con sinceridad. No pensaba cometer los mismos errores que su padre ni su hermano. Sin embargo, como castigo por los pecados de sus gobernantes la ciudad no volvería a pisar la tierra de Endalar. Desde aquel día los Taralim fueron rebautizados bajo el nombre de Cazadores de Vientos.

---------

Kandelz: Perdón, al final me he ido por las ramas. El caso es que el alma de Adriel sigue atrapada en la cripta de la montaña de las almas errantes. Pero su odio por Endalar y su hermana hacen que de vez en cuando salga y envíe legiones de muertos vivientes al combate. Nuestro deber como Paladines es purificar esas almas con nuestras armas de rectitud pero esta vez ha enviado un contingente enorme y está dirigido por el mismo Adriel. Mis hermanos no podremos contenerlos solos y por eso hemos venido a pedir ayuda a Alaria.

Bill: ¿Cómo es posible que un alma atrapada y custodiada por el señor de los muertos haya podido escapar?

Kandelz: Lo ignoro. Lo importante ahora es detenerlo antes de que vuelva a atacar Endalar. Os pediría ayuda pero vuestras armas son inútiles aquí.

Freya: ¿Hay alguna forma de que podamos combatir contra ellos?

Kandelz: No, los muertos vivientes solo pueden ser dañados con el poder de la luz. Será mejor que os quedéis aquí. Este es un asunto que Alaria debe resolver de una vez por todas. Los Paladines ayudaremos con los muertos vivientes pero la batalla final será contra Adriel. Esta no es nuestra batalla, es la batalla de Alaria.

Tras oír estas palabras del paladín, los Phantom entendieron que no podían inmiscuirse en el asunto y decidieron dar un paseo por la ciudad de las nubes.

Tommy: ¿Creéis que Alaria estará bien? Al fin y al cabo es su hermano…

Drew: Hay batallas que cada uno de nosotros debe librar por su cuenta. El camino nunca es fácil, pero estoy seguro que Alaria hará lo correcto.

Alaria se preparó para el combate. Se vistió con una armadura de acero imbuida con magia celestial que brillaba como el agua del río y junto a su fiel arco y su carcaj se montó a lomos de Salior y se dispuso a dar un discurso a sus guerreros.

Alaria: ¡Los pecados del pasado me han alcanzado al fin. He intentado huir y renegar de mi pasado como heredera de Sal’Irah durante cientos de años, pero hoy pondré fin a estos remordimientos y avanzaremos juntos hacía un futuro próspero que forjaremos con nuestras propias manos. La ciudad de Sal’Irah esta manchada de sangre, esas manchas son eternas y no pueden ser borradas de los anales de la historia. Siempre estarán en nuestros corazones y teñirán de rojo la sombra de nuestra ciudad.

Pero es hora de enfrentarnos a esa realidad. Mirad a vuestras espaldas, guerreros. Esa majestuosa ciudad que se alza ante vosotros es el fruto del esfuerzo de sus habitantes que ansían verla prosperar. Hoy romperemos las cadenas que nos atan y pelearemos por el futuro de Sal’Irah. ¡Gloria a los cazadores de vientos!

La multitud de guerreros rugió al oír las palabras de ánimo de su reina y se aventuraron hacía las tierras del nigromante Belazar. Su intención era detener el avance de los muertos vivientes antes de que salieran de esas oscuras y sombrías tierras mientras Alaria se enfrentaba a su destino.

Kandelz: ¡Que comience la batalla!

Los paladines y los cazadores de vientos cargaron contra el ejército de esqueletos con tal fuerza que acabaron con la primera fila de enemigos con la primera embestida. Las flechas oscurecían el cielo y penetraban en los huesos de los muertos mientras que los paladines con sus espadas y escudos convertían en polvo a esas criaturas infernales con sus arremetidas combinadas con magia de luz.

Kandelz gritó en medio del campo de batalla mientras seguía golpeando a sus enemigos: ¡Alaria! Adriel debería estar en la cripta, dejemos que nuestros guerreros se encarguen de estos patéticos adláteres y vayamos a por su líder.

Alaria respondió al paladín con una mirada fría y decidida: Esta vez no seré débil. No titubearé. No me importa que trucos intente usar el estúpido de mi hermano. No fallaré esta misión. Mi futuro y el de mi ciudad están en juego.

Kandelz: Esta cripta me da tan mala espina como las oscuras tierran que están sobre nuestras cabezas. Quiero terminar esto cuanto antes y sacar a mis hermanos de los dominios pútridos de Belazar. Además hay demasiado silencio, seguro que nos está esperando.

El discurso de Kandelz fue interrumpido por un susurro tétrico y aterrador –Alaria…

Ambos se pusieron en guardia y siguieron avanzando con cautela. Ese susurro seguía resonando en sus cabezas y estaba empezando a afectar a su cordura.

Alaria: Aquí es donde La sala del trono. ¡Sal de donde estés, Adriel!

???: Hacía siglos que no escuchaba esa voz… es la voz de la mujer que vino con esos dos idiotas que hicieron un pacto conmigo.

Alaria: Reconocería esa horrible voz en cualquier parte. Adriel, así que eras tú desde el principio…

Adriel: Vaya, que sorpresa… ¿desde cuándo lo sabías?

Alaria: Siempre lo supe. ¡Un necio como tu jamás podría haber sido mi hermano!

Adriel soltó una carcajada macabra: Pues parece que a tu padre este necio le caía muy bien. Fue un juego de niños engañarlo para que provocara la guerra y para que acudiese a mí.

Kandelz: Alaria, ¿de qué está hablando?

Alaria: Kandelz, no he sido totalmente sincera contigo. La historia que conoces no es del todo cierta.

Adriel se volvió a reír: Vamos, cuéntale la verdad.

---------

Alaria: Cuando nació mi hermano, mi madre murió a los pocos días de dar a luz por una extraña enfermedad. Los curanderos dijeron que había sido por pérdida de sangre pero cuando vi el cadáver supe que las causas habían tenido un origen mágico.

Mi padre quedó devastado por la muerte de su esposa y yo dediqué mi vida a encontrar cual fue la causa real de su muerte para aliviar el dolor de mi padre, aunque solo fuera un poco.

Mi búsqueda me condujo a las tierras del nigromante Belazar, más concretamente a la montaña de las almas errantes. Por aquel entonces, el nombre era meramente simbólico pues lo único que había allí eran tumbas vacías, ya que como sabrás en Endalar los cuerpos de aquellos que no son inmortales son convertidos mediante el proceso de la Ignimagición en estrellas de nuestro cielo.

Adriel sonrío malévolamente: ¡Ahora viene la parte divertida!

Alaria hizo una mueca de disgusto y prosiguió la historia:

Según el libro que describía la enfermedad, la respuesta se hallaba en las catacumbas de la montaña de las almas errantes. Exactamente donde estamos ahora. Sin embargo la entrada a la cripta estaba bloqueada y no había manera de abrirla.

Kandelz: Un momento… ¿cuánto tiempo tardaste en recopilar datos sobre la enfermedad?

Alaria alzó la mano y levantó dos dedos mientras miraba al suelo con resignación.

Kandelz: ¿Dos días?

Aldriel volvió a reír desde su trono: ¿Días? ¡SIGLOS! Vamos, Paladín, aunque tu raza sea mortal… ¿recuerdas que pasó hace dos siglos?

Kandelz miró a Alaria sorprendido: Siglos… ¡hace dos siglos exactamente se estaba llevando a cabo la guerra contra Sal’Irah y los Taralim!

Alaria mostró nuevamente una mueca de disgusto y arrepentimiento pero hizo un esfuerzo por terminar la historia.

Estábamos perdiendo la guerra y mi padre estaba tan obsesionado con ella que intenté detenerlo hablándole de la cripta y de la enfermedad de mi madre, creí que así detendría la guerra y me ayudaría a esclarecer las causas de su muerte.

Pero no fue así… me agarró de los hombros con una mirada perturbadora y me abrazó fuertemente mientras se repetía a sí mismo una y otra vez: eso es, eso es…

Fui con mi padre y Adriel a la entrada de la cripta y fue en ese momento cuando me di cuenta de la verdadera identidad de Adriel, aunque realmente ya lo había sospechado desde el día que empezó a hablar. Mi padre sabía cómo romper el sello de la cripta pese a que era la primera vez que la veía y una vez se abrió la entrada cientos de almas fueron liberadas y esparcidas por Endalar.

Fue entonces cuando me di cuenta de lo que había hecho. Al liberar las almas encerradas en la cripta, liberé también todos los poderes del señor de los muertos que no dudó en hacer un pacto con mi padre y crear un ejército de muertos vivientes a partir de los cadáveres de nuestros guerreros.

Adriel, no… el señor de los muertos, me utilizó desde el primer momento para que lo liberase de su prisión y creara su ejército de muertos. Y todo fue culpa mía, no estuve al lado de mi padre cuando más me necesitaba. Fui una necia.

---------

Adriel: ¡Así es, Paladín! Alaria, la cazadora de vientos, es la culpable de la existencia de los muertos vivientes en Endalar. Ella es la causa de mi regreso y será la causa de la destrucción de vuestro mundo.

Kandelz escupió al suelo con indiferencia: Alaria no será nada que no quiera ser, demonio. No importa lo que haya en el pasado, el futuro le pertenece. Hoy enmendará sus errores y dará a sus guerreros el descanso que se merecen. ¡Y a ti te dará la muerte más cruel de todas!

Alaria se sintió aliviada por las palabras de Kandelz y volvió a ser la mujer fría y valiente que era.

Alaria: Gracias, Kandelz. ¡Es hora de acabar con esta pesadilla!

Alaria desenfundó su arco y sacó una flecha especial que previamente había encantado para acabar con Adriel mientras que Kandelz usó su poder de luz para inmovilizar al señor de los muertos. La sincronización en tiempos fue perfecta.

Alaria lanzó la flecha y dedicó unas últimas palabras de odio a su hermano Adriel: Da recuerdos en el infierno de mi parte, hijo de puta.

La flecha salió disparada hacía su objetivo pero Adriel usó su poder demoníaco para detener la flecha y el ataque no tuvo éxito. Adriel se liberó de las ataduras del paladín y usó un hechizo para lanzar al Paladín por los aires.

Adriel: Me temo que tu viaje termina aquí, hermanita.

Alaria respondió con frialdad: Con todos los años que pasamos juntos ya deberías saber que soy una mujer que odia repetir las cosas dos veces.

Cuando terminó de decir esto se abrió una fisura dimensional y una flecha atravesó el corazón del señor de los muertos.

Adriel: ¿Cómo?

Alaria: Una arquera siempre tiene más de una flecha.

Adriel respondió agonizando: ¡Maldita mujer! Debería haberte matado cuando dejaste de serme útil.

Alaria: Fuiste un ingenuo al pensar que no me daría cuenta de quien eras en realidad. Cuando te disparé la flecha imbuida con el poder de sellado y encerré tu alma aquí, lo hice con la intención de acabar contigo en el futuro. ¡Ahora desaparece de mi vista!

El cuerpo de Adriel se convirtió en polvo y su alma fue desintegrada. Sin el dominio de su maestro, las almas de los muertos vivientes fueron liberadas y los guerreros que cayeron en combate finalmente pudieron descansar.


Alaria y Kandelz salieron de la cripta donde todos sus guerreros aguardaban su regreso para recibirlos con una gran ovación. ¡Gloria a los cazadores de vientos! 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Free! Final alternativo

FREE! FINAL ALTERNATIVO

Esta obra es mi visión del que podría haber sido el final del anime de natación Free! Intentaré ceñirme lo mejor que pueda a la serie original y partiré únicamente de la primera temporada. Por ello es importante que hayáis visto la primera temporada del anime puesto que esta obra tendrá algún spoiler.

Personalmente creo que Free! debería haberse centrado más en el deporte de la natación. Debería haber sido un anime de deportes como Haikyuu! o Kuroko no Basuke. Sin embargo, se centraron más en las relaciones sentimentales entre los personajes, los lazos de la amistad y ese conjunto de cosas que están bien, siempre y cuando no se utilicen en exceso como en este caso.

Primero recordemos un par de citas:

Capítulo 4 - Haru: “Yo solo nado estilo libre. No nado para ti” Rin: “No. Tu nadas para mi”

Capítulo 8 – Rin: “Haru. Te gané. Con esto ya no tendré que volver a nadar más contigo. Nunca más”

Sin más dilación, os presento el que yo creo que debería haber sido el final de Free!

Haruka Nanase se encontraba desolado en los vestuarios tras su derrota con Rin. Mientras el agua de la ducha regaba su cabeza no dejaba de repetirse la misma pregunta una y otra vez: ¿Por qué tenía esa extraña sensación en el cuerpo, si no le importaban los tiempos ni las posiciones? Él solo quería nadar.

El sonido del agua no era lo suficientemente relajante como para que la mente del nadador no pudiera dejar de pensar en ello. No conseguía abstraerse de la realidad como siempre lo hacía. El agua había dejado de darle esa sensación de felicidad que siempre le había proporcionado y se había convertido en un oscuro elemento que lo atormentaba con cada gota que caía sobre su cuerpo.

“Nunca más tendré que volver a nadar contigo”

La mirada fría de Rin penetraba en lo más profundo de su subconsciente cada vez que intentaba olvidar la carrera. Por primera vez Haru se sentía perdido y el agua no le ayudaba a volver a su cauce como siempre lo había hecho. No… esto era algo que tenía que resolver por sí mismo.

Haruka recogió sus cosas y cogió el primer autobús que tenía una parada cerca de su casa. Necesitaba hacer algo que no tuviese relación alguna con el agua. Pensó que si cocinaba un buen plato con caballa conseguiría olvidar el torneo regional pero no fue así. Sin darse cuenta estaba frente a los fogones vestido únicamente con su delantal  y el bañador.

¿Por qué me habré puesto el bañador? –Pensó Haru. Para él cocinar con el bañador puesto era tan normal que ni se lo había planteado. Nuevamente no podía desligarse de la mirada de Rin y los pensamientos que asaltaban su mente desde el torneo. Tenía que eliminar completamente cualquier recuerdo del agua y de la natación.

Se quitó el bañador y se puso el uniforme de la escuela pensando que así se libraría de su tormento. Terminó el plato de caballa y se puso a comerlo mientras miraba la televisión.

Juraría que me llevé un sobre de salsa de soja a la escuela para el almuerzo y no lo utilicé –Dijo Haru mientras rebuscaba entre los bolsillos de su uniforme.

En lugar de la salsa de soja encontró la figurita de Iwatobi que hizo para promocionar el club de natación en la escuela y este objeto revivió nuevamente los pensamientos sobre el torneo regional. Haru miró hacia el cielo pensativo mientras se preguntaba si había tomado la decisión correcta.

 ¿Realmente solo nadaba para él, o quizás Rin tenía razón sobre lo que dijo aquel día?

“Tu nadas para mí, Haru”

La mirada fría de Rin volvió a surgir en sus pensamientos. ¿Porque no conseguía borrarla? –Se preguntó Haru.

Haru cambió de canal y puso las noticias internacionales de Japón. Se estaba llevando a cabo la votación para saber cuál sería la siguiente sede de los juegos olímpicos en el año 2020 y Tokio estaba compitiendo con Estambul por el ansiado puesto.

Cuando Tokio salió como la ciudad vencedora Haru se alegró y pudo ver las caras de felicidad de todos los japoneses que estaban esperando la decisión del comité olímpico. Entre ellos pudo distinguir a un nadador profesional al que admiraba desde que era pequeño y que fue el motivo por el cual se interesó por el agua por primera vez a los 7 años.

Al ver la cara de felicidad de su ídolo encontró la respuesta a sus problemas. La solución había estado delante de él todo el tiempo, la respuesta se encontraba en el agua –Dijo mientras se ponía el bañador y se metía en la bañera.

Por primera vez en su vida tenía un sueño que quería realizar a toda costa: Quería volver a nadar junto a Rin. Si Rin se había liberado de él al ganarle en la competición, lo único que tenía que hacer era entrenar duro para ganarle algún día y entonces volvería a nadar para él –Pensó Haru mientras tenía la cabeza sumergida en el agua fría de su bañera.

“Tu nadas para mi” “Ahora que te he ganado ya no necesito volver a nadar contigo” Haruka Nanase se puso en pie y con una mirada decidida dijo: ¿Con que esas tenemos, Matsuoka Rin? Muy bien, jugaré a tu juego. Haré que vuelvas a nadar conmigo. Volveré a nadar para ti.

Rin ya se encontraba en el avión de regreso a Australia y mientras contemplaba por su ventanilla la isla de Japón, como si hubiera escuchado las palabras de Haru pensó: Te estaré esperando, Haruka Nanase.

--------

Año 2020, Tokio. Competición de 100 metros estilo libre masculino.

Los participantes estaban en sus respectivos carriles preparados para la más importante competición de natación del mundo. El nadador del país anfitrión en el primer carril, Haruka Nanase y en el octavo carril se encontraba Matsuoka Rin, el representante de Australia. A pesar de que los otros carriles estaban llenos de nadadores de otras nacionalidades, parecía como si el tiempo se hubiera congelado en ese momento y solo hubieran dos nadadores preparados para competir.

Rin miró asombrado al representante de Japón. ¿Haru? –Dijo Rin con asombro.

Haru no contestó a Rin. Simplemente le lanzó una mirada de desafío y se preparó para lanzarse al agua.

Rin hizo una mueca de enfado y le devolvió la mirada desafiante. 

En sus marcas, listos, ya. Los nadadores se lanzaron al agua y empezaron a nadar con la intención de llevarse la tan ansiada medalla de oro. Sin embargo, a dos nadadores de esa piscina olímpica no les importaba el oro, para ellos era una batalla entre dos rivales más importante que su propia vida. Su orgullo como nadadores profesionales estaba en juego.

Haru y Rin tomaron una gran ventaja de sus otros rivales y cuando hicieron el viraje, casi al mismo tiempo, la batalla se hizo aún más evidente. Eran los dos únicos nadadores que ya estaban volviendo para hacerse con la victoria. El estadio enmudeció al ver la batalla que se estaba llevando a cabo en el agua. Tiburón contra delfín.

Terminaron casi al mismo tiempo. Cuando tocaron la pared todos en el público tenían la cabeza mirando a la pantalla electrónica de resultados, incluso los jueces, impresionados por aquella magnifica carrera estaban atónitos esperando el resultado del ordenador.

Primera posición: Haruka Nanase. Segunda posición: Matsuoka Rin.

Rin miró a Haru. Por primera vez desde que lo conocía lo vio lanzando un grito de victoria al cielo y con una sonrisa de felicidad y satisfacción en el rostro. Haru y Rin salieron del agua y se fueron cada uno al vestuario de su equipo.

¡Haru! –Dijo Rin con determinación. Haruka simplemente giró un poco la cabeza, lo suficiente para que sus ojos entraran en contacto con los de Rin.

¡Ahora vuelves a nadar para mí! – Dijo Rin mirando a la cara fría de Haru. Al escuchar estas palabras Haru esbozó una sonrisa sincera y contestó a Rin. -¡Claro!


Rin no pudo evitar poner una sonrisa y se dirigió al vestuario del equipo Australia. Haru y Rin tomaron direcciones opuestas pero tenían la misma sonrisa en sus caras y dijeron la misma frase al unísono: ¡Nos vemos en 2024!