CAPÍTULO
20: OPERACIÓN AMANECER
Tras dar una digna
sepultura al antiguo jefe de la aldea de los Dauroni, Erk'zar, los Phantom se
prepararon para la batalla que se avecinaba.
Las nuevas armas tenían un
potencial mucho mayor de lo que jamás hubieran imaginado pero en sus mentes aun
permanecía un cierto sentimiento de incertidumbre, ¿serían suficientes para
derrotar a Belazar?
Todos los posibles
desenlaces que Bill había calculado en su mente conducían a una respuesta
negativa. Necesitarían la ayuda de los magos de Endalar para derrotarle, pero
la última vez que los vieron no parecían muy cooperativos, por lo menos la
facción de Arcan.
Enfrentarse a los Dauroni
con sus nuevas armas sería posible, pero demasiado agotador como para derrotar
a Belazar después. Evitarlos parecía la mejor opción pero si habían llegado a
Endalar como todos se temían, no iba a ser una tarea sencilla.
Magmoria:
En vuestros corazones veo duda, pero también valentía y un deseo de avanzar
hacia el futuro. No tengáis miedo, jóvenes humanos, es la hora en la que debéis
demostrar que vuestra voluntad de vivir es firme y derrotar al enemigo que os
aguarda en vuestro planeta.
Drew:
Tienes razón, no merece la pena dudar ahora. Tenemos las armas y la voluntad,
¿acaso necesitamos algo más? Atarion, mi maestro, me dijo una vez: La
estrategia es algo volátil que puede cambiar como las partículas de polvo que
lleva el viento. Si dependes de una partícula en concreto y la pierdes de
vista, tu único destino será la derrota. Pero si te adaptas a las que vienen
con cada corriente de aire, serás el mayor guerrero de la historia.
Bill:
Interesante perspectiva. Tal vez sea hora de renovar mis métodos y ponerla en
práctica. Siempre se aprende algo nuevo cada día.
Nezerion:
En ese caso le pediré a la Madre Tierra que abra el camino hacía vuestro
planeta. Oh, por cierto, llevaos a esta criatura, no creo que se adapte muy
bien al ecosistema del planeta.
Annie:
¡Salior! Ya nos habíamos olvidado completamente de ti -Dijo mientras le
acariciaba la cabeza.
Tommy: Yo
pensaba que se había ido por su cuenta a explorar el planeta -Dijo riéndose.
Drew:
Bueno, parece que estamos todos. Magmoria, cuando quieras.
Magmoria: Tenéis que tener
en cuenta que una vez crucéis al otro lado ya no podréis volver aquí. Abriré el
portal, quedaos atrás.
Una corriente de energía
procedente del corazón de Adramelech empezó a vislumbrarse tras el conjuro de
Magmoria. Parecía que se extendía kilómetros y kilómetros en el horizonte. Era
claramente el nexo entre los dos mundos, la pregunta que los Phantom se hacían
es a donde se dirigiría la energía que la Tierra robaba de Magmoria. De
cualquier manera, no iban a averiguar nada quedándose mirando.
Magmoria lanzó un conjuro
de protección que envolvió los cuerpos de los Phantom en una densa niebla. Tras
despedirse de Nezerion y Ayphon se lanzaron a la corriente de energía sin temor.
El viaje fue extremadamente
fugaz, ninguno de los Phantom sabía que había sucedido pero al mirar al cielo
sabían que habían llegado a su destino. Ese cielo gris consecuencia del
lanzamiento de las bombas nucleares era la prueba irrefutable. Estaban en la
Tierra.
Drew:
Arg -Dijo mientras se sacudía el polvo. Nunca me acostumbraré a la magia, es
demasiado inestable y te deja una sensación de malestar en el cuerpo.
Frain: Y
que lo digas... pero bueno, hemos llegado a nuestro destino.
Tommy:
Pon Pon Pon Pon -Dijo imitando el sonido característico del metro. La Tierra,
el tren ha llegado a la estación La Tierra.
Annie: Si
no fuera por qué estoy cansada del viaje tan movidito ahora te daría una
colleja, Tommy.
Freya: Un
poco de humor nunca está de más.
Annie:
¿Humor? ¿Tú? Eres la mujer más seria que he conocido en toda mi vida.
Bill:
Siento interrumpir esta agradable conversación pero deberíamos determinar cuál
es nuestra posición y movernos hacía Endalar.
Tommy:
Que aguafiestas eres, Bill. Ahora que se estaban divirtiendo un poco...
Drew:
Conozco este lugar. Estamos en España, en la costa del mediterráneo
probablemente... o lo que queda de ella.
Drew reconoció el lugar en
el que se encontraban. Parecía la antigua ciudad de Barcelona, aunque fue
bombardeada como los demás focos de la invasión Dauroni y estaba irreconocible.
La costa del Mediterráneo ya no podía llamarse costa, prácticamente parecía un
cementerio de rocas escarpadas rodeadas de agua contaminada.
Bill: Es
posible. La destrucción provocada por las bombas nucleares complican un poco la
identificación, pero por la temperatura de este... agua, si es que podemos
seguir llamándola así, coincide con los parámetros propios del Mediterráneo.
Frain salió a explorar un
poco la zona y volvió con buenas noticias.
Frain:
No hay rastro de los Dauroni ni de Adramelech.
Annie:
Excelente, eso nos dará tiempo para idear un plan.
Bill:
Debemos intentar llegar a Endalar, el problema es cómo vamos a hacerlo. La
única entrada que conocemos es la que está en el Ártico, pero no tenemos tiempo
para buscar un barco y ponernos a navegar durante semanas.
Freya:
Whiska dijo que habían cientos de entradas por todo el mundo.
Drew:
Tiene sentido. Al fin y al cabo Endalar se creó como un refugio para todos los
magos del planeta, por lo que deberían haber varias entradas. A pesar de ello,
no tenemos ni idea de por dónde empezar.
Frain:
¿Nadie recuerda cuando llegamos al bosque de la eternidad? La visión nos
trasladó a España, a una ejecución pública.
Bill:
Sí... lo recuerdo. Pero la conferencia de los 12 archimagos no se llevó a cabo
en España. O por lo menos cuando entramos en aquella cueva me pareció como si
el mundo en el que nos encontrábamos hubiera cambiado. Es posible que fuera
teletransporte.
Freya:
Entonces si encontramos la cueva tal vez haya una posibilidad...
Tommy:
Pero hay infinitas cuevas por aquí, jamás encontraremos la buena.
Bill:
Tiene razón, la visión no mostraba con semejante detalle el lugar en el que nos
encontrábamos. Dejadme pensar en alguna solución... tiene que haber una manera
de identificar la cueva.
Mientras Bill se encontraba
sentado pensando en las posibilidades que tenían, Salior comenzó a husmear la
zona buscando rastros de magia de los cazadores de vientos. Aunque la señal era
muy débil, la bestia distinguió una pequeña fuente de maná que provenía del
sur.
Annie:
¡Eh, chicos! Salior parece que ha encontrado algo.
Drew:
¡Pues claro! Salior debería saber el camino a casa, o por lo menos a seguir el
rastro de su dueña.
Tommy:
¡Qué bien que Salior haya venido con nosotros!
El animal se dirigió hacía
la orilla del mar y siguió avanzando a través de la costa mientras sorteaba
todas las escarpadas rocas y los miles de residuos acumulados en la zona. Tras
unos minutos de travesía, Salior se detuvo y hizo señas con la cabeza en
dirección al mar.
Drew:
¿Está señalando al mar? ¿No se habrá confundido con el olor de la brisa marina?
Freya:
¿Brisa marina? Este aire contaminado no tiene nada que ver con la brisa marina.
Frain:
Pues parece que sí está apuntando al mar. ¿Deberíamos coger una barca?
Bill se quedó observando
detenidamente la zona hasta que dio con algo interesante. El agua negra se
hacía más oscura en un determinado punto del mar, casi como si los niveles de
contaminación fuesen superiores en ese lugar, o quizás como medida disuasoria
para buceadores curiosos.
Bill:
Debemos ir en esa dirección. Estoy seguro que Salior nos está diciendo que
vayamos a ese punto.
Annie:
A
mí me parece contaminación... si tocamos eso creo que nuestra esperanza de vida
será muy corta.
Bill: La
primera vez que conocimos a Arcan nos dijo que la barrera se había debilitado,
pero no fue por nuestra llegada sino por la de los Dauroni. Con el uso del orbe
mágico de Adramelech, la barrera debe haberse roto completamente. Tal vez esa
sea la explicación del por qué ese punto es más negro que el resto del mar.
Frain:
¿Y si resulta ser contaminación? Un error puede salirnos caro.
Bill: Si
fuera contaminación, las ondulaciones del agua harían que se dispersase, o como
mínimo que se moviese, pero no es el caso. Además, hemos visto cosas mucho más
raras que está en nuestro viaje, creo que merece la pena darle una oportunidad.
Drew:
Está decidido. Confiaremos en la inteligencia de Bill y en los instintos de
Salior. Busquemos madera o algo que flote para llegar allí.
Annie:
No va a ser una tarea sencilla, no se ve madera ni nada que se le parezca por
aquí. Y no podemos cruzar a nado, la contaminación es demasiado alta en el mar.
Tommy:
¿Y por qué no montamos en Salior como la última vez?
Todos giraron la cabeza
sorprendidos.
Annie:
Oye, pues tiene razón. ¡Es una gran idea!
Drew:
¿Como no se me ha ocurrido antes?
Frain:
Salior, ¿crees que podrás volar cargándonos a todos una vez más?
Salior rugió con fuerza y
los Phantom lo interpretaron como un enérgico y rotundo sí, por lo que se
subieron a lomos de Salior y este alzó el vuelo en dirección al punto que creían
que podía ser una de las entradas a Endalar.
Drew:
Ya estamos aquí. Desde luego no parece contaminación pero no sabemos si la
entrada está a varios metros de profundidad. Si ese es el caso me temo que no
podemos adentrarnos sin equipos de buzo especiales para protegernos de la
contaminación.
Salior agitó la cabeza y se
lanzó hacía el agua en picado sin previo aviso. El impacto de Salior contra el
agua provocó un sonoro eco que se difuminó con los gritos de pánico de los
Phantom. Sin embargo, la temeridad de Salior había salido bien. No estaban
mojados y podían respirar sin problemas. Parecía como una especie de corriente
mágica en medio del agua que evitaba el contacto con el resto del entorno que
se encontraba a tan solo unos milímetros de distancia.
Drew:
Menudo susto nos hemos llevado, pero ha dado resultado. Esta corriente tiene
que ser de origen mágico, Endalar nos espera. Démonos prisa.
Nadaron hacía el fondo
siguiendo la corriente mágica y consiguieron cruzar a Endalar. O al menos lo
parecía.
Tommy:
Yo he estado aquí antes, ¡es la casa de Phina! ¡Hemos llegado a Endalar!
Bill miró al cielo y
confirmó las palabras de Tommy.
Bill:
Sí, no hay duda. Ese es el Sol de Endalar.
Drew:
Pero... está muy cambiado ¿no?
El mundo que una vez estuvo
lleno de vida ahora se encontraba teñido por el color de la muerte y la
descomposición. La vegetación se estaba marchitando y los cadáveres se
acumulaban en pilas de fuego y muerte.
Ered:
Endalar se muere, chicos.
Un Ered malherido, con la
mano derecha en la cintura presionando un corte profundo en el abdomen, se
presentó ante ellos con una sonrisa claramente forzada que intentaba disimular
el intenso dolor que estaba experimentando.
Whiska:
Deja de hablar, idiota. Tenemos que encontrar medicinas para tratar esa herida.
Freya:
¡Ered! ¡Whiska! Estáis bien.
Ered:
Todo lo bien que puede estar una persona a la que han apuñalado, pero sí,
estamos bien.
Freya:
¿Que ha pasado con los demás?
Whiska le tapó la boca a
Ered para evitar que siguiera malgastando su aliento y respondió ella en su
lugar.
Whiska:
Cada una de las 12 naciones está combatiendo a su manera, no estamos al
corriente de la situación de todas pero os puedo decir que los cazadores de
vientos, los Psyrem y los paladines, se encuentran bien. Aun resisten a las
cargas del enemigo.
Bill:
Supongo que la Ciudad del Sol ha sido la más perjudicada. ¿Me equivoco?
Whiska:
Sí... como una marea enfurecida llegaron a Endalar y lo primero que hicieron
fue asediar la ciudad del Sol. Los magos resistieron pero se rindieron al ver a
su líder en las manos del enemigo. Desde allí comenzaron a lanzar ataques a las
otras naciones y no sabemos cuánto podrán aguantar.
Ered:
Los cazadores de vientos son los que tienen más ventaja frente a estos
enemigos. Desde el cielo pueden maximizar la efectividad de sus flechas y la
ciudad de Sal'Irah se ha convertido en una fortaleza inexpugnable. El problema
para ellos no son los Dauroni, su enemigo es ese que veis merodeando por las
antiguas llanuras verdes de Endalar.
Drew:
¿Necrófagos? ¿Muertos vivientes? Qué demonios está ocurriendo...
Whiska:
No malgastes más aliento, Ered. Esas criaturas provienen de la tierra del
nigromante. Belazar lanzó un ataque al mismo tiempo que lo hicieron los
Dauroni, esperábamos su traición pero jamás imaginamos que traería un ejército
externo a Endalar. Los paladines pueden combatir eficazmente a los muertos
vivientes pero contra los Dauroni el poder de la luz no tiene tanta
efectividad.
Bill: De
acuerdo. Entiendo perfectamente la situación. De hecho estaba preparado para
este escenario, e incluso uno peor, pero me alegro que no se haya cumplido. Lo
primero vamos a curar a Ered, y a continuación quiero un informe lo más
detallado posible de la situación, diseñaré una estrategia.
Drew:
Podéis confiar en Bill, aunque parezca una rata de biblioteca es en los
conflictos bélicos donde su potencial alcanza su máximo esplendor. Diseñará una
estrategia infalible que nos permitirá recuperar Endalar.
Whiska:
Me alegra oír eso. Nunca pensé que los humanos de la superficie pudieran ser la
clave para salvar Endalar, es increíble la de vueltas que da la vida. Si al
final lo conseguimos, creo que Arcan os debe una disculpa por como os ha
tratado. Él y los demás líderes de las 12 naciones.
Ered:
Me vas a hacer llorar con tu discurso emotivo, Whiska. Pero por favor tráeme
esas hierbas antes de que pierda la consciencia.
Whiska:
Ya voy. Cuidad de Ered hasta que vuelva. Entrad en la cueva, allí estaréis
seguros.
Tommy:
Venid, por aquí se llega a la casa de Phina. Seguro que nos recibe encantada.
Tenemos que tocar esta runa de aquí, esta de allí y finalmente esta de aquí.
Como si de un experto en la
materia se tratase, el joven Tommy empezó a tocar las runas que habían en la
pared de la cueva y una luz empezó a engullir toda la sala revelando la
verdadera cara de lo que parecía ser una simple cueva.
Un inmenso templo lleno de
runas y poder mágico se alzaba ante ellos, donde un centenar de Adalides
Rúnicos se encontraban levitando por el lugar moviendo libros de un lado para
otro, y creando lo que parecían ser arcas para salvarse de la invasión de los
Dauroni.
Phina:
¡¡Tommy!! -Dijo mientras se lanzaba hacía él con un gran abrazo. ¡Te he echado
de menos! ¿Estás bien? ¿No te han herido?
Tommy:
Estoy bien, Phina, tranquila. Puedes soltarme -Dijo riendo.
Phina:
Oh, veo que traéis un herido con vosotros. Dad las gracias a Tommy por
enseñaros como llegar a nuestro santuario. Permitidme que le cure.
Phina dibujó un símbolo
mágico en el aire y lo aplico directamente sobre la herida de Ered. Tras unos
segundos la herida estaba completamente cerrada y sanada, sin ni siquiera dejar
una cicatriz.
Tommy:
¡Wow! ¡Qué poderosa eres, Phina!
Phina:
¡Por supuesto! -Dijo halagada por el cumplido de Tommy.
Whiska: Ya
he vuelto con las hierbas... oh, veo que los remedios tradicionales no son tan
rápidos como los mágicos. Me guardaré las hierbas para otra ocasión.
Ered:
Pues ya lo ves, Whiska. Vivito y coleando. Ya te dije que saldría de esta.
Whiska:
Esa prepotencia y soberbia... me haces querer golpearte la cara... pero por
esta vez lo dejaré pasar.
Bill:
Disculpa mi impertinencia, jefa de los adalides rúnicos.
Phina interrumpió a Bill y
le indicó que se dirigiera a ella con su nombre.
Bill:
Gracias, Phina. Me gustaría disponer de un mapa de Endalar y saber la situación
de todas las naciones. ¿Crees que sería posible?
Phina:
Ahora mismo estamos guardando el conocimiento acumulado durante todos estos años,
nos llevará unos días más terminar con el almacenamiento en las arcas. Tendrás
que esperar hasta entonces.
Bill:
No tenemos tanto tiempo.
Phina:
El conocimiento es lo único que perdura en el tiempo, Efhirn. La carne y los
huesos se pudre, vuestras vidas mortales son solo un suspiro en el universo.
Pero los libros son eternos, la sabiduría debe ser preservada.
Bill:
Entiendo cómo te sientes pero necesitamos planear una estrategia. Por favor.
Phina:
-Suspiro- Os traeré un mapa y usaremos runas de visión para analizar la
situación de Endalar. Pero no debéis interferir con nuestra misión.
Bill:
Gracias. Prometo que nadie os perturbará en vuestra tarea.
Apenas pudieron dormir
aquella noche. Se la pasaron en la sala central del templo revisando una y otra
vez las opciones que tenían y la mejor estrategia a seguir. Bill estaba
abrumado por la cantidad de información que las runas de visión le habían
proporcionado. Su alcance abarcaba todo Endalar, con excepción de la zona más
profunda de las tierras de Belazar.
Bill pensó en una
estrategia para llevar a los Phantom a la victoria y dio con ella justo cuando
el Sol de Endalar comenzaba a brillar. Esa hermosa vista hizo que Bill
bautizara a la operación con un nombre digno de aquel espectáculo de luz y
color: Operación amanecer.
Bill:
Escuchadme bien todos, este es el plan:
Esta guerra tiene abiertos
cientos de frentes, pero los que más me preocupan son tres en especial: la
batalla de Sal'Irah, la de las tierras de Arcan y, por supuesto, las tierras de
Belazar. Los paladines se han visto superados en números y han quedado
separados en dos grupos, los que luchan contra los muertos vivientes en las
tierras de Belazar, y los que combaten por defender su territorio. A los
primeros no les auguro un buen destino, dudo que puedan resistir mucho más.
La decisión a la que he
llegado tras ver este panorama tan desequilibrado es simple: debemos
dividirnos. Sé que puede parecer una locura pero es la única opción que tenemos
si queremos derrotar a Belazar.
Un grupo irá a Sal'Irah y
intentará acabar con los enemigos que intentan asediarla. Segun tengo entendido
esa ciudad flotante es móvil, por lo que podría ser nuestra mayor arma de
asedio en esta guerra. Necesitamos la ciudad para que el segundo grupo tenga
éxito.
El segundo grupo deberá ir
a las tierras de Arcan e intentará combatir a los Dauroni y liberar a los magos
que se han rendido y se encuentran encarcelados. Aunque la mayoría han sido
asesinados por los Dauroni...
No tenéis que preocuparos
por Adramelech, pues no está en la ciudad del Sol, aunque tampoco lo está
Arcan, por lo que no podremos contar con su ayuda en esa batalla. Como habréis
podido imaginar, la ciudad del Sol se encuentra totalmente fortificada por los
Dauroni así que un ataque frontal es un suicidio. A no ser que tengáis a
Sal'Irah para apoyar el ataque desde la retaguardia.
La batalla de Sal'Irah
durará relativamente poco, Alaria y los cazadores de vientos se han encargado
de la mayoría de los enemigos, aunque siguen apareciendo y será difícil acabar
con todos. Por ello la idea es que os infiltréis a hurtadillas en la ciudad de
los magos y intentéis liberar a los magos para lanzar un ataque desde dentro
cuando Sal'Irah llegue. Los Dauroni tendrán que dividir fuerzas y no sabrán
reaccionar a tiempo.
Una vez hecho esto nos
encontraremos a la mitad del camino. El siguiente paso es avanzar desde
Sal'Irah hacía las tierras de Belazar y lanzar un ataque conjunto con los
cazadores de vientos y los magos. Si podemos rescatar a los paladines en el
proceso, se unirán a nuestras filas, pero si no es posible, es mejor que os
olvidéis de ellos. Lo dejo a vuestra elección.
Finalmente llegará la
batalla final. El problema es que las runas de visión no me permiten ver en
profundidad las tierras del nigromante. Lo que es seguro es que estará
infestada de muertos vivientes y algunos Dauroni y, desde luego, será allí
donde nos encontremos con Adramelech y Belazar.
Sinceramente no sé cómo nos
enfrentaremos a estos formidables enemigos, Adramelech entrará en razón si
matamos a Belazar, o al menos eso creo. La muerte de Adramelech sería un duro
golpe para el pueblo Dauroni y podría avivar las llamas del odio en el futuro.
Lo ideal es que Adramelech regrese a Magmoria con vida junto los supervivientes
Dauroni y entonces cortaremos la conexión
entre los dos mundos para siempre.
Es un plan difícil, soy
consciente de ello, pero es la mejor manera de abordar esta guerra. Espero que
estéis preparados para iniciar la operación.
Los Phantom decidieron
brindar por el éxito de la operación. Ered y Whiska se habían apuntado y Phina
en persona se decidió a participar en la operación, aunque según ella lo hacía
solo para proteger a Tommy. El Sol brillaba con fuerza. Esa era la señal que
estaban esperando.
"¡Que comience la
operación amanecer!"
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