CAPÍTULO X: DOS HERMANOS, UNA ESENCIA
Desde la soledad de sus frías
celdas, Javi y Alba contemplaban la luz de la luna esmeralda eclipsados por un
inmenso vacío que inundaba toda la cueva
de Koori. Ni un solo sonido, ni una sola voz, absolutamente nada...
El tiempo avanzaba lentamente en el
interior de sus celdas. A pesar de que solo llevaban allí 3 días, en sus mentes
llevaban encerrados una eternidad. Cuanto más tiempo permanecieran allí, más se
quebraría su espíritu.
Javi: Otro día más en este lugar, ¿eh?
Alba: Eso parece... la luz del Sol es un recuerdo lejano.
Javi: El Sol... me gustaría verlo aunque fuese una última vez.
Alba: Ya somos dos... tenemos que encontrar la manera de salir de
aquí.
Aunque no hubiera nadie más a parte
de ellos en la zona, sabían que la cueva de Koori era el hogar de las pingüinas
y intentar escapar de allí sería una tarea imposible.
Alba: ¿Cual crees que es el objetivo de las pingüinas?
Javi: No lo sé. Es algo que escapa de mi comprensión. La paz es
algo que todas las razas de Windfair deberían desear.
Alba: Tienes razón... yo he contemplado lo que pasó en Seediria. La
guerra devastó toda la ciudad entera y se acabó el mundo. Temo que la historia
volverá a repetirse...
Javi: Es una pena, me gustaba Windfair. Aun no recuerdo como ni
cuando llegué aquí, pero es el único mundo que conozco y no me gustaría que
fuese destruido.
Alba: Estamos los dos igual. Sin embargo, parece que ahora nos
odian por ser diferentes...
Hay
tiempo para todo y sin embargo no hay tiempo para nada. ¿Realmente no recordáis
nada de vuestra llegada a Windfair?
Javi: ¿Esa voz?
Alba: Recuerdo haber oído esa voz en alguna parte...
Todavía
no entendéis nada... todavía buscáis las respuestas que ya deberíais conocer...
Javi: ¿Quién eres? ¡Muéstrate!
Un misterioso ser vestido con una
larga túnica negra que cubría todo su cuerpo y rostro apareció frente a Javi y
Alba mientras continuaba hablando con una voz tétrica y distorsionada.
Mi
identidad en este momento no es importante. Lo que sí es importante es que
escuchéis con atención las palabras que os voy a decir. Sois parte de un todo y
albergáis la mitad de ese todo en vuestro ser. Vuestra existencia en Windfair
tiene un propósito que aun debéis descubrir. Es la hora de cumplir con vuestro
deber. No podéis fracasar.
Tras esas confusas palabras, el
misterioso ser encapuchado desapareció...
Javi: ¿Quién era ese? Ya podría haber hecho algo útil abriendo las
celdas por lo menos...
Alba: No tengo ni idea, pero su voz me resulta familiar... tengo la
sensación de haberla oído antes...
De
pronto un extraño ruido interrumpió la conversación de Alba y Javi. Algo
viscoso y de color blanco cayó del techo. Javi alargó la mano y se arriesgó a
tocar aquella sustancia...
Javi: Un momento... ¡yo conozco esto! ¡Es baba de babosa albina!
Eso significa que...
El jefe de la aldea de los ositos
descendió a lomos de su babosa mientras sonreía. "¿De verdad creíais que
os íbamos a dejar aquí?" -Dijo guiñando el ojo.
Javi: Realmente pensé que nos habías abandonado.
General Kuma: Los ositos siempre permanecen unidos.
General Gomi: Nunca os hemos abandonado.
El jefe de la aldea le devolvió sus
armas y armadura a Javi y también le entregó a Alba una capa que la reina Syria
había preparado para ella. La reina de los unicornios está luchando contra las
pingüinas ahora mismo, quería que te entregáramos esta manta. -Dijo el jefe de
la aldea.
Alba se puso la capa y se fue con
Javi y el escuadrón de infiltración de los ositos de gominola.
Javi: Entonces... ¿Cuál es el plan?
General Kuma: Asestaremos el golpe final a las pingüinas atacando
por la retaguardia. Somos pocos pero caerán sin lugar a dudas.
Alba: ¡Bien! Es la hora de poner punto y final a esta guerra.
Tras unos minutos recorriendo los
infinitos caminos que configuraban toda la estructura de la cueva llegaron al
centro de la cueva, donde la luz de la luna esmeralda era más fuerte y tenían a
los pingüinos esclavizados recibiendo la radiación.
Alba: ¡Hemos venido a rescataros, ya no tendréis que seguir
sufriendo las monstruosidades que os hacían las pingüinas.
Los pingüinos rescatados empezaron
a bailar de alegría cogiendo de la mano a Alba y Javi para que les acompañaran
en su alegre danza. Sin embargo, no podían quedarse allí por mucho tiempo, los
unicornios y el resto del ejército de los ositos de gominola estaban luchando
contra todas las pingüinas y tenían que ir a rescatarlos.
Javi: Tenemos que rescatar a nuestros amigos, ¿nos ayudaréis a
hacer entrar en razón a las pingüinas?
Todos los pingüinos asintieron y
guiaron al equipo de infiltración por la cueva hasta la zona donde se estaba
llevando a cabo la batalla. El sonido de las pezuñas de los unicornios y los
chirridos estridentes de las pingüinas se iban intensificando a medida que se
acercaban.
Cuando llegaron, los pingüinos
lanzaron al viento su grito de guerra que resonó por toda la cueva y sorprendió
a todas las pingüinas yandere que estaban luchando, especialmente a Yanderina,
que no se esperaba un ataque desde la retaguardia.
Yanderina: ¡Dividid fuerzas! ¡No permitáis que nos acorralen!
-Grito Yanderina claramente desesperada por la situación desfavorable en la que
se encontraba.
Alba: ¡Se acabó, Yanderina! Es hora de pagar por tus pecados.
Javi: ¡Ríndete y devuelve la paz al mundo de Windfair!
Los ojos decididos de los dos
hermanos hicieron estallar la ira de Yanderina, que se abalanzó contra ellos
para destruirlos.
Yanderina: Tendría que haberos matado cuando tuve la oportunidad.
Cometí el error de haceros prisioneros. No volveré a cometerlo otra vez.
Javi: Sigue soñando, Yanderina. -Dijo mientras bloqueaba los
ataques de Yanderina con la espada.
Yanderina: ¡El amor es invencible. No comprendéis su ilimitado
poder!
Alba: Te equivocas, Yanderina. -Dijo mientras lanzaba un hechizo
que de viento que empujó a la reina pingüina hacía atrás.
Yanderina abrió los ojos
rápidamente y vio a su ejército de pingüinas siendo abrazadas por los pingüinos
y recuperando el amor que tanto habían soñado.
Yanderina: No... ¡no lo entendéis! Seguid luchando, mis guerreras,
este no es el verdadero amor.
Las pingüinas hicieron caso omiso a
la llamada de su reina y siguieron coqueteando con los pingüinos y ayudando a
los unicornios y ositos heridos a levantarse.
Syria: La paz volverá a reina en Windfair- Dijo mientras relinchaba
de alegría por la victoria.
Los ositos y los unicornios
gritaron de felicidad al unísono aclamando a la reina Syria y al jefe de la
aldea de los ositos. Sus valientes acciones los habían llevado a la victoria
sobre el ejército enemigo.
Yanderina: ¡Esto no ha acabado! -Dijo enfurecida.
Yanderina salió corriendo hacia la
parte superior de la sala central, donde tenía su nido real y sacó una extraña
piedra esmeralda. Antes de que los unicornios pudieran detenerla llegó al
centro de la sala y apuntó la piedra hacía la luna esmeralda mientras se reía
como una demente.
Yanderina: ¡Preparaos para sentir la furia de la luna esmeralda,
necios sin amor! ¡Hahahahaha!
De pronto la tierra empezó a
temblar con una intensidad nunca antes vista en Windfair, la cueva de Koori
empezó a derrumbarse rápidamente y si no se daban prisa quedarían atrapados
bajo los escombros. El ataque suicida de Yanderina quería acabar con todos,
incluido sus pingüinas y pingüinos.
Alba: ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar esta pingüina? Ha
enloquecido totalmente.
Javi: ¡Corred a un lugar seguro, salir de la cueva! Alba y yo nos
encargaremos de detener a Yanderina.
Syria: Gracias por vuestra valentía. Tened mucho cuidado y regresad
sanos y salvos.
El terreno era cada vez más
inestable y a duras penas se podían desplazar para alcanzar a Yanderina. El
suelo comenzaba a agrietarse y las grietas se ensanchaban a cada segundo que
pasaba. La única opción que les quedaba era ir dando saltos hasta llegar a
Yanderina.
Javi: ¡Vamos Alba! ¡Acabemos con esto de una vez por todas!
Alba: No puedo canalizar mi magia de viento con este movimiento,
tenemos que alcanzar a Yanderina por nuestros medios. ¡Vamos allá!
Los dos hermanos se movieron con
presteza y agilidad sobre el terreno y llegaron a donde estaba Yanderina.
Yanderina: Vosotros... si solo no
hubierais existido... ¡la victoria hubiese sido mía! ¡Acabaré con vosotros!
Javi se lanzó hacía Yanderina y
consiguió desestabilizarla lo suficiente como para que Alba pudiera quitarle la
piedra a Yanderina. Sin embargo, ese ataque desesperado de Javi hizo que el
suelo se dividiera en dos y Yanderina y él se precipitaron al vacío.
Alba acudió rápido y agarró la mano
de Javi impidiéndole caer, pero el terremoto no había cesado y era imposible
para Alba levantarle o usar su magia. La situación era extremadamente crítica y
estaban solos, nadie podía ayudarles.
En ese momento, algo despertó en el
interior de la mente de Javi. Por alguna razón parecía como si todo hubiese
estado planeado para que esas memorias surgieran en ese preciso instante. ¿Qué eran todas esas imágenes que estaban cruzando
la mente de Javi?
Javi: ¿Voy a morir? Tal vez es por eso que estoy viendo toda mi
vida pasar ante mis ojos. Pero... la mano de Alba todavía me está sujetando.
Entonces... ¿qué es todo esto?
Un mundo totalmente distinto... una
gran guerra que lo devastó hace mucho tiempo... es como una película cargada
con miles y miles de escenas. Pero... ¿por qué parece que las estoy viendo en
primera persona?
¿Acaso soy... yo?
Esa mujer... se parece a Alba. Esta
llorando... ¿es por la guerra?
Alba interrumpió los pensamientos
de Javi gritando su nombre.
Alba: ¡Javi! Tengo que salvarte antes de que esta cueva se
derrumbe.
Javi: Ahora lo entiendo... debes escapar, Alba.
Alba: ¿Pero qué tonterías estás diciendo? ¡No te rindas!
Javi: Me hubiese gustado estar un poco más a tu lado y conocerte
mejor. Ser tu hermano me ha hecho feliz, aunque me acabo de enterar de esa
noticia. Supongo que para ti también es algo nuevo, ¿verdad? -Dijo con una
sonrisa.
Alba: ¿Hermano?
La mente de Alba se empezó a
inundar de recuerdos y revivió el momento en el que llegaron a Windfair. No
estaba sola... había alguien a su lado. ¿Era Javi? ¿Su hermano?
Alba: ¡No te dejaré caer! ¿Qué clase de hermana no protege a su
hermano? -Dijo con lágrimas en los ojos.
Javi: Vamos, no estés triste. Hay algo que no te he dicho, aunque
prefiero mantenerlo en secreto. Déjame actuar como un buen hermano al menos al
final. Tienes una tarea por cumplir, tu destino no es morir aquí. Adiós...
hermana.
Javi se soltó de la mano que lo sostenía y Alba no
pudo hacer nada más que ver como Javi caía al vacío y pronunciaba unas últimas
palabras antes de desaparecer.
Alba: ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Mientras caía, Javi empezó a
revivir todas las experiencias que había tenido en Windfair. A pesar de que
decidió no llorar para que Alba no estuviera triste, no pudo evitar dejar
escapar una lágrima al ver todas sus aventuras en aquel maravilloso mundo.
¿Quieres
vivir?
Javi: No... pero quiero que ella viva.
Has
recuperado tus recuerdos, ¿verdad?
Javi: Sí. Podrías habérmelo dicho antes.
El ser misterioso se quitó la
capucha que ocultaba su rostro.
Era
innecesario.
Javi: ¿Innecesario? Tal vez tengas razón. Al fin y al cabo tu eres
yo.
Y
yo soy tú.
Javi: He cumplido mi propósito.
Así
es.
Javi: Entonces no hay nada de qué arrepentirse. Aunque... me
hubiese gustado estar a su lado un poco más. Pero supongo que esto era
inevitable.
Salvar
la esencia era nuestra misión. Ahora debemos unirnos y ocuparemos nuestro lugar
entre las leyendas del pasado...
Javi: Sí, así debe ser...
Las dos partes se unieron en uno
sola y desaparecieron en la oscuridad del vacío.
-Tres meses más tarde-
Alba se encontraba caminando por la
ciudad de los unicornios, todavía algo deprimida por no haber podido salvar a
Javi. Todos los días miraba al cielo durante horas, pensativa y alicaída.
Alba: Me pregunto si las cosas podrían haber acabado de otra
manera...
Como un veloz rayo, un haz de luz
iluminó durante un instante la posición de Alba. Cuando desapareció la luz,
Alba vio una carta en el suelo y se decidió a leerla.
Querida
hermana,
Han
pasado 3 meses desde el incidente pero no te he visto sonreír ni una sola vez
desde entonces. No podía quedarme de brazos cruzados y he decidido enviar esta
carta.
Soy
Javi, el último de los 3 grandes guardianes de Seediria. Y también, durante un
tiempo fui tu hermano. Cuando viajaste al pasado, viste a la reina Elyra, ¿No
te preguntaste por qué eras su luz y por qué los Ormag querían que te quedaras?
La
respuesta se encuentra en la historia que seguro que ya conoces bien. La Gran
Guerra que acabó con la fuente de la creación. Fui yo el que se llevó la
esencia de Windfair, la esencia de Seediria.
Windfair
y Seediria son, en esencia, el mismo mundo.
Estuve
vagando por el universo durante generaciones, intentando encontrar un
recipiente que pudiera albergar la esencia de Windfair. Tras muchos intentos
fallidos, encontré a tu madre, María. Una humana con la fuerza suficiente para
proteger la esencia.
Introduje
la esencia en el vientre de María, donde podrías crecer y desarrollar tu
potencial. Con tal de protegerte, también dividí mi esencia en dos y introduje
una mitad a tu lado para que te protegiera de cualquier peligro.
Sin
embargo... jamás imaginé que ese necio, Juan, atacaría a María y pondría en
riesgo tu vida. Fui un idiota.
Consternado
por la escena, decidí sacarte de allí y te traje al mundo que tu habías creado
mientras crecías. Sí, el mundo de Windfair.
El
problema es que al traerte sin que te hubieras desarrollado del todo, Windfair
estaba incompleto. La locura de las pingüinas fue una de esas imperfecciones.
Pensé
en recuperar mi esencia y volver a empezar mi búsqueda pero no podía
arrebatarte la vida después de tanto tiempo buscando, así que decidí dejar que
las cosas siguieran su curso.
Mi
otra mitad te defendería cuando llegase el momento. Sabía que lo haría.
Salvarte a ti en la batalla final fue algo que volvería a hacer tantas veces
como fuera necesario. Fue la promesa que le hice a Elyra.
Ahora,
Windfair vive en paz y tú eres el centro de todo. Aunque no lo creas, tu mera
existencia es el pilar básico que mantiene toda la estructura del mundo. La
esencia de la reina Elyra vive en ti. Las esperanzas de los Ormag y todas las
razas de Seediria están en tu corazón. Ni los ositos, ni los unicornios, ni las
pingüinas existirían si no fuera por ti.
Aunque
no esté contigo ahí, debes saber que siempre estaré protegiéndote desde las
estrellas. Es lo que hacen los hermanos, ¿no?
Cuando
te sientas sola, cuando estés triste o no sepas qué camino seguir, recuerda
siempre las palabras que te dije justo antes de desaparecer...
Tú
eres Windfair.
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