CAPÍTULO
10: SÍ, MAESTRO
Era la primera vez que los
Phantom se separaban desde que llegaron a Endalar. Ninguno de ellos conseguía
eliminar de su mente esa extraña sensación de soledad, que aparecía una y otra
vez a cada paso que daban por los diferentes caminos que habían tomado.
A pesar de todo el tiempo
que habían pasado viajando por Endalar, estar en compañía de personas
desconocidas no era demasiado alentador. Sin embargo, no parecían amenazantes,
más bien todo lo contrario, parecían personas muy confiables y amistosas.
FRAIN
Frain caminaba al lado de
su nuevo mentor, Shen'gril, que lo acompañó hasta la ciudad de Kara'thil para
entrenarlo en el arte del combate cuerpo a cuerpo y convertirlo en un arma
poderosa frente a la amenaza de los Draktian.
Shen'gril:
Has estado callado todo el viaje, Efhirn. Oh, perdona, tu nombre era... ¿Frain?
-Dijo con un tono de voz amable.
Shen'gril era un hombre de
avanzada edad, iba ataviado con una túnica ligera de color verde que cubría
todo su cuerpo como si fuera una manta y a duras penas dejaba sobresalir los
pies y manos. En ella aparecían unos
extraños símbolos, que probablemente procedían de un idioma antiguo.
No tenía pelo y las arrugas
de su frente y rostro confirmaban su avanzada edad. Sin embargo, siempre iba
caminando con una amplia sonrisa y observaba atentamente todo lo que le
rodeaba. Los guardias que lo acompañaban portaban túnicas similares pero con
menos símbolos, de lo que se podía interpretar que los símbolos representaban
un orden jerárquico.
Frain contestó a Shen'gril
tras haber estado todo el viaje observándolo atentamente.
Frain:
Simplemente no encuentro ningún tema de conversación apropiado.
Shen'gril respondió a Frain
extendiendo las manos hacía los lados.
Shen'gril: ¿Cómo
es posible que no encuentres un tema de conversación cuando tienes uno a ambos
lados del camino? Incluso si alzas la vista al frente encontrarás otro tema.
Frain:
Ya veo que la naturaleza de Endalar es abundante y exótica pero no creo que sea
un tema de conversación interesante. Desde que llegamos a Endalar hemos estado
viendo cientos de criaturas diferentes a las de la superficie.
Shen'gril:
Cientos, pero no miles. La naturaleza es una fuente de conversación ilimitada.
Siempre habrá cosas nuevas que no conocemos y que debemos aprender. A pesar de
todos los años que llevo viviendo en Endalar, aun hay muchas cosas que escapan
de mi entendimiento. Es por eso que me esfuerzo cada día por aprender algo
nuevo.
Frain:
Mmm... entiendo. -Dijo Frain algo dubitativo.
Shen'gril:
Dime, joven Frain. ¿Te gusta lo que ves?
Frain fue a contestar pero
quedó boquiabierto al ver lo que tenía frente a sus ojos.
Shen'gril:
En lugar de mirar hacia abajo, deberías mirar más al frente para no perderte
posibles temas de conversación interesantes. -Dijo mientras se reía.
Ante Frain se alzaba la
majestuosa ciudad de Kara'thil, construida encima de una gran montaña que
parecía estar cubierta por un manto nevado, pero en realidad eran flores y
árboles que tenían el mismo color de la nieve. Cubrían toda la ciudad de un
blanco precioso y embriagaban el lugar con un aire fresco y puro que llenaba
los pulmones con una sensación de tranquilidad y paz interior.
Frain:
No tengo palabras para describir este lugar. Es impresionante...
Shen'gril:
Pues bien, ya has encontrado un tema de conversación. Ahora ya tenemos algo de
que hablar. -Dijo mientras se reía de nuevo.
Cruzaron toda la ciudad
hasta llegar al palacio donde Shen'gril comenzaría a entrenar a Frain. Por el
camino la gente se paraba y hacía reverencias para agradecer a Shen'gril,
incluso los niños. Parecía un gran líder muy querido por su pueblo. El palacio
era igual de modesto que las otras casas, la única diferencia es que tras él se
extendía un largo campo de entrenamiento donde habían cientos de guerreros
practicando las artes marciales.
Frain:
¿Qué estilo de combate es ese?
Shen'gril:
Parece que te interesa nuestro estilo. No dista mucho de las artes marciales de
la antigüedad, la única diferencia es que canalizamos el maná de nuestro
interior y lo exteriorizamos para mejorar nuestros movimientos.
Frain fue a responder pero
Shen'gril le interrumpió en seguida.
Shen'gril:
Soy consciente de que por tus venas ya no corre la energía de maná, sin embargo
hay otras formas de usar el maná sin necesidad de tenerlo. Estoy seguro de que
ya lo habrás visto alguna vez.
Frain:
Ered, ¿me equivoco?
Shen'gril:
Así es, el señorito Ered utiliza artefactos imbuidos con magia que pueden ser
una alternativa eficaz para las personas que no poseen maná. Aunque
evidentemente este sistema tiene sus inconvenientes.
Frain:
¿Como cuáles? ¿Se quedan sin batería, tal vez?
Shen'gril:
Algo parecido. Estos artefactos están imbuidos con una cantidad de magia
determinada. Cuando esta se agota, el artefacto se vuelve inservible. Además,
en algunos casos, se ha podido observar que el artefacto prolonga su duración
empleando la energía vital del individuo. En otras palabras, si el artefacto se
queda sin maná, es posible que comience a extraer energía de las células de tu
cuerpo hasta matarte. Es por eso que es peligroso.
Frain:
Entiendo... eso nos pone en un aprieto si no podemos volver a Endalar a
recargar los objetos.
Shen'gril:
No necesariamente. Mi trabajo es enseñarte a economizar esta energía. Si
aprendes bien la lección, un único artefacto podría durarte toda la vida.
Frain:
Entonces merece la pena intentarlo. ¿Cuando empezamos?
Shen'gril:
Paciencia, mi inquieto aprendiz. Primero sentémonos a tomar un té. Estoy
cansado del viaje.
Frain:
Sí, Maestro.
ANNIE
Mientras tanto, Annie había
llegado con Alaria a Sal'Irah rápidamente gracias a Salior que las llevo a las
2 en su lomo surcando los cielos con presteza.
Alaria:
Aunque no estoy de acuerdo con esto, prometí a Arcan que te ayudaría y así lo
haré. Comencemos por lo básico. Eres una Efhirn y no puedes usar magia.
Annie:
Dime algo que no sepa. Es lo que llevas repitiendo durante todo el viaje.
Alaria:
Perfecto. Si entiendes eso, ya hemos dado el primer paso. El segundo es
perfeccionar tu arma. ¿Qué es?
Annie sacó su rifle de
francotiradora de última generación y le explicó a la cazadora de vientos su
funcionamiento.
Alaria:
¿Así que la ciencia ha conseguido disparar a la velocidad del sonido? Debo
reconocer que no está nada mal. Sin embargo...
Alaria desenfundó su arco y
sacó una de las flechas de su carcaj mientras apuntaba a un ave que sobrevolaba
la ciudad. Tensó el arco y se preparó para disparar.
Alaria:
Quiero que prestes atención a lo que voy a enseñarte.
Cuando acabó de hablar,
disparo la flecha hacía el pájaro y ante la mirada atónita de Annie, la flecha
desapareció justo delante de sus ojos y lo siguiente que escuchó fue el crujir
de los huesos del pájaro al impactar contra el suelo.
Annie:
¿Q-Qué acaba de pasar? -Dijo sorprendida.
Alaria:
He disparado una flecha a la velocidad de la luz.
Annie la miró aun más
sorprendida.
Alaria:
El cuerpo físico de un ser humano jamás permitiría disparar algo a esa
velocidad. Pero al canalizar magia de velocidad directamente a la flecha mientras
el arco esta tenso nos permite disparar a velocidades inimaginables. También
nos permite controlar las flechas a distancia, eso es muy útil para objetivos
que se mueven demasiado.
Annie:
¿Y cómo puedo hacer yo lo mismo?
Annie se mostró realmente
entusiasmada ante aquel descubrimiento. Le encantaban las armas a distancia, y
el arco le recordaba a las clases que tuvo con su maestro, por lo que sin duda
era una de sus armas favoritas.
Alaria:
Ese es el problema, no puedes. Sin el poder de canalización mágica es imposible
que puedas lograrlo. Aunque reconozco que es posible que exista otra manera.
Préstame tu arma un segundo.
Alaria la llevó al taller
de ingenieros de Sal'Irah, que eran los encargados de fabricar los arcos de los
cazadores de vientos, para que revisaran el rifle de Annie.
Alaria:
Quiero que me digáis si es posible convertir esta arma en un canalizador de
maná. Ah, aquí tenéis la munición que usa también.
Annie se miró los bolsillos
y vio que le habían robado todas las balas.
Alaria:
Deberías estar más alerta, querida. Un descuido en el campo de batalla puede
ser fatal.
Mientras los ingenieros
trabajaban en el rifle, Annie y Alaria se fueron a practicar con el arco al
campo de tiro. A pesar de que había pasado mucho tiempo desde la última vez que
Annie cogió un arco, casi estaba a la par con la cazadora de vientos.
Alaria:
No lo haces nada mal para ser una Efhirn. Debo admitir que me has sorprendido.
Annie:
Lo mismo digo, nunca pensé que habría alguien capaz de superarme con armas a
distancia.
El ingeniero jefe
interrumpió la conversación y les explicó las mejoras que le habían hecho al
rifle de Annie.
Ingeniero
jefe:
Hemos terminado las modificaciones. Como puedes ver, en esencia es el mismo
artilugio que nos has traído. Lo único que hemos hecho ha sido reforzar su
resistencia con un encantamiento para que resista la velocidad de los
proyectiles modificados.
Annie:
¿Proyectiles modificados?
Ingeniero
jefe:
En efecto. Dado que el arma en sí no puede acelerar los proyectiles sin
canalización de maná directa, hemos modificado los proyectiles con un hechizo
de aceleración. Ahora cuando dispares, alcanzarán velocidades muy superiores a
las que alcanzaba antes.
Alaria:
Un gran trabajo como siempre. Pero creo que la cantidad de munición puede ser
un problema.
Ingeniero
jefe:
También hemos pensado en eso. Hemos preparado un carcaj imbuido con un fondo de
vacío. No es ilimitado, desde luego, pero permitirá guardar mucha más munición
y no creo que tengas problemas de escasez.
Annie:
Es increíble. No sabía que pudieseis hacer esto.
Alaria:
No es nada. El encantamiento de armas es algo muy normal en Endalar. Y debo
reconocer que tenía una idea equivocada de ti, podríamos llegar a ser buenas amigas.
Eres una guerrera con una habilidad increíble.
Annie se sintió halagada
por las palabras de Alaria y decidieron seguir entrenando. Annie empezó a
entrenar con su nuevo rifle con la esperanza de que pudiera ser la pieza clave
para proteger a la humanidad de los Draktian.
Alaria: Y
bien... ¿Lista para empezar con el entrenamiento real?
Annie:
Sí, maestra.
FREYA
Freya estaba entrenando con
Ered en el gremio de Killzan, Ered estaba familiarizado con el uso de las armas
blancas porque eran la especialidad de Whiska, y encantar ese tipo de armas era
su especialidad.
Ered:
Dame tus cuchillos, ¡vamos a darles un toque revitalizador!
Freya entregó sus armas y
esperó mientras practicaba con cuchillos de entrenamiento junto a Whiska.
Ninguna de las dos parecía ceder ni un solo ápice y la lucha estaba igualada.
Cuando llego Ered con los cuchillos encantados y se acercó para entregarlos,
Freya y Whiska lanzaron un grito al unísono: "¡No te metas en esto!"
Ered:
Fiu... mejor me voy antes de que me maten.
La lucha se prolongó 15
minutos y terminó en empate. Una sentimiento de rivalidad inundó los corazones
de las dos luchadoras que no pudieron evitar empezar a reír.
Ered:
Os veo de buen humor, chicas. Freya, tengo un regalito para ti. -Dijo mientras
le entregaba los cuchillos.
Freya:
Brillan como el fuego. ¿Qué les has hecho?
Ered:
Es un encantamiento de fuego. Tus hojas perforarán cualquier superficie, sin
importar la dureza.
Freya:
Parece demasiado conveniente. ¿Cuál es la pega?
Ered:
Hahaha, tan perspicaz como siempre, Freya. La pega es la durabilidad. Las armas
blancas encantadas tienen una duración determinada. Por lo general depende de
la fuerza de tus golpes pero con este encantamiento especial la propia hoja se
recargará ligeramente con cada movimiento, aunque no lo hará eternamente.
Freya:
Me conformo con que dure el tiempo suficiente para derrotar a mis enemigos.
Ered:
¡Ese es el espíritu! Iba a enseñarte algunas cosas pero veo que has encontrado
a otra mentora más afín. ¡Que comience el entrenamiento!
Freya:
Sí, maestra.
DREW
Drew avanzaba por las
áridas llanuras de las tierras de los Psyrem, un páramo totalmente inhóspito y
sin vida donde la única compañía que tenía eran los susurros del viento y el
calor del Sol sobre su piel.
Se preguntaba cómo alguien
podía vivir en un lugar así, donde ni siquiera parecía que hubiera agua. A
medida que avanzaban, los espejismos se iban haciendo cada vez más frecuentes
para Drew. Sin embargo para Atarion, líder de los Psyrem, el clima desértico no
parecía afectarle. Era un hombre serio, tanto que no habían intercambiado ni
una sola palabra desde que partieron de la ciudad del Sol.
Drew:
Esto... te llamabas Atarion, ¿verdad?
Atarion miró a Drew y agitó
la cabeza decepcionado.
Atarion:
Arcan dijo que tenías dotes de liderazgo. Pero es evidente que se equivocaba.
Antes de que Drew pudiera
contestar, Atarion golpeó el suelo fuertemente con su pierna derecha mientras
daba indicaciones a los dos guerreros que lo acompañaban.
Atarion:
Latitud Norte 60,32º-73,54º Longitud Este. Terreno inestable a 24º Sur.
Velocidad estimada del viento 89 kilómetros por hora. Calculando trayectoria
estimada de proyectiles por el alzamiento del Arugal. Margen de error del
0,01%. Iniciar operación.
De pronto, una criatura
enorme parecida a un ciempiés emergió de las profundidades y intentó atacar a
Atarion. Éste, sin titubear ni un solo instante, inclinó levemente la cabeza
hacía la derecha esquivando el ataque de la criatura sin problemas. Acto
seguido, miró a uno de sus guerreros que lanzó una piedra minúscula a una pared
montañosa.
Atarion:
Buen trabajo, podemos continuar.
Nuevamente antes de que
Drew pudiera decirle nada a Atarion, se escuchó un fuerte estruendo que
provenía de la pared. Drew no entendía por qué, pero un trozo de la pared se
empezó a derrumbar y enterró vivo a la criatura.
Drew:
Espera... ¿Sabías que esto iba a pasar? ¿Pero cómo? ¡No es posible!
Atarion:
El deber de un líder es guiar a su pueblo. Enseñarles el camino a seguir para
que no fracasen. Si no entiendes eso, jamás podrás ser un buen líder.
Drew se mostró algo
decepcionado tras oír las duras palabras de Atarion.
Atarion:
Si en lugar de haber estado absorto en tus pensamientos y en intentar hablar
conmigo, hubieras prestado un poco de atención a tu alrededor, podrías haber
previsto ese ataque. Las vibraciones del suelo indicaban que algo se movía bajo
nuestros pies, y considerando su fuerza, era evidente que se trataba de una
criatura de dimensiones gigantescas.
También habrías podido
deducir, que cuando esa criatura emergiese a la superficie, atravesaría el
suelo y lanzaría motas de polvo y pequeñas rocas al aire, que combinadas con el
fuerte viento que tenemos ahora mismo, se incrustarían en la pared rocosa que
tienes a tu izquierda. Aumentando el peso que sostienen y, en consecuencia, aumentando
la gravedad.
Si hubieras mirado la parte
superior de la pared rocosa, hubieras podido apreciar una grieta en la parte
inferior, lo que debería haberte alertado de que hay riesgo de desprendimiento.
Aprovechando eso a tu favor, lo único que necesitabas hacer era que el Arugal
se acercara a la pared rocosa y lanzar una pequeña piedra para que la gravedad
hiciera el resto.
Drew se quedó impresionado
ante las palabras de Atarion y no supo qué responder.
Atarion:
La magia nos ayuda a ver nuestro entorno de una manera más precisa. Esa es la
especialidad de los Psyrem. Podemos ver cientos de estrategias óptimas y elegir
la más adecuada. Sin embargo, hay infinidad de cosas para las que no necesitas
usar la magia a la hora de dirigir. Basta con agudizar tus 5 sentidos y saber
reaccionar ante cualquier circunstancia. Tras esta charla... ¿estás listo para
aprender cómo ser un gran estratega?
Drew:
Sí, maestro.
TOMMY
Tommy se encontraba
atrapado entre las caricias y los mimos de Phina, llevaba así desde que llegaron
al palacio de los adalides rúnicos. Lejos de enseñarle alguna técnica de
utilidad contra los Draktian, parecía una simple chica enamorada.
Tommy:
Me alegro que me tengas en tan alta estima pero... ¿no sería mejor que me
enseñaras algo?
Phina:
¿Q-Que quieres que te enseñe? Es demasiado pronto, no sé si estoy preparada...
-Dijo mientras hacía ademán de quitarse la ropa.
Tommy:
¿Qué demonios estás haciendo? Quiero aprender cosas de alquimia. No de anatomía.
Phina:
Jo, que aburrido. No seas así, venga. Quiero conocerte un poco mejor...
Tommy:
Si te hablo de mi, ¿me enseñaras?
Phina:
¡Acepto el trato! Pero hablemos mientras damos un paseo por la ciudad.
La ciudad de los adalides
rúnicos no era demasiado grande. Estaba en lo alto de una montaña casi a la
altura de las nubes, cubierta por una densa niebla que protegía la ciudad de
los peligros. Toda la ciudad estaba llena de runas, era la fuente de energía
que sostenía toda la ciudad. La luz provenía de las runas, el agua también,
incluso las casas se mantenían en pie gracias a las runas de refuerzo del
suelo.
Todas esas runas combinadas
con la niebla le daban a la ciudad un
resplandor precioso que se podía ver por todo Endalar.
Phina:
¿Sabías que el Sol de Endalar obtiene energía de nuestras runas? -Dijo sonriendo
mientras agarraba la mano de Tommy.
Tommy la miró sorprendida y
negó con la cabeza.
Phina:
Se llaman runas de absorción. Acumulan una parte del maná de los habitantes de
Endalar y traspasan esa energía al Sol. El Sol a su vez esparce esta energía
por todo Endalar y mantiene viva la naturaleza. Es como un ciclo. Todos nos
ayudamos.
Tommy:
¡Que guay! -Dijo Tommy ilusionado y con ganas de saber más.
Phina:
¿Y qué puedes contarme de ti? -Dijo mirando a Tommy con ojos acaramelados.
Tommy:
Mis padres murieron cuando era pequeño y estuve a punto de morir en el desierto
cuando me encontré con Annie, mi oneechan,
que estaba cumpliendo una misión con los Phantom. Pensé que si me quedaba con
ella, podría darme un nuevo hogar así que me quedé a su lado.
Fue entonces cuando 1
enemigo rodeó a oneechan por un
descuido de Frain y utilizando arena del desierto combinada con un poco de agua
de cactus y una cola de escorpión muerto, hice un mini explosivo alquímico para
matar al enemigo. Annie se quedó sorprendida y descubrió que tenía un talento
innato para la alquimia. Tras explicarle mi historia decidió darme un hogar y
desde entonces estoy con los Phantom.
Phina:
¡Q-Q-Que historia más triste! -Dijo con lágrimas en sus ojos. ¡Pobrecito,
seguro que pasaste mucho miedo!
Tommy:
Esta bien, de verdad. Oneechan me
dijo que tenía que ser un chico fuerte, y eso es lo que soy -Dijo orgulloso.
Phina:
Gracias por contarme tu historia. Creo que ahora te quiero más. -Dijo
entusiasmada Y... tal vez los Efhirn tengan su corazoncito... -Dijo hablando
muy bajo.
Tommy:
¿Me enseñarás ahora?
Phina:
¡Claro! Aunque no puedas usar magia, las runas pueden implantarse en muchos
objetos. Puedes llevar muchas de ellas. Por ejemplo, déjame ese frasco.
Tommy entregó uno de los
frascos que había convertido en un potente explosivo mediante alquimia.
Phina:
Por el color y composición deduzco que es un explosivo, ¿verdad? Con su fuerza
actual no creo que pueda hacer nada contra esos Draktian que os amenazan pero
con el poder de una runa...
Phina envolvió el frasco
con una runa de amplificación y acto seguido lo lanzo por los aires para que
explotara. La explosión fue de tal calibre, que todo Endalar tembló durante
unos segundos.
Tommy:
¡Wow! ¡Eres genial, Phina!
Phina: Ahora
todo lo que prepares en este frasco tendrá un efecto amplificado. Así que úsalo
con cuidado. Y ahora... ¿te apetece que probemos otro tipo de runas en los
demás frascos?
Tommy:
¡Sí, maestra!