CAP VI: SEEDIRIA, LA CIUDAD DEL PASADO
Alba estuvo vagando durante más de
dos horas por aquel paisaje en ruinas y no encontró ninguna señal de vida. El
único sonido que se escuchaba era el de los pasos de Alba por encima de los
escombros de piedra que resonaban por toda la ciudad fantasma.
Edificios, fuentes, templos… todo
estaba completamente deteriorado y la nube polvo que ennegrecía el cielo
mantenía toda aquella ciudad sumida en las sombras. Sea lo que fuese que
hubiese pasado, tan solo mirar al horizonte encogía el corazón de Alba.
Así que esto es el producto de una
guerra... Si dejamos que la guerra con las pingüinas yandere continúe, Tensora y
todo Windfair puede que acabe así –pensó Alba-
No podía permitir que eso pasara.
Aunque muchas eran las preguntas que seguían sin respuesta, Alba decidió entrar
al gran templo de la plaza central para ver si conseguía encontrar alguna pista
sobre lo que sucedió en aquella ciudad.
Según cuentan las leyendas, en
Seediria nacieron todas las razas de Windfair y a partir de aquí emprendieron
un largo viaje para asentarse y crear los 3 grandes reinos que ahora forman
Windfair. ¿Por qué destruir el mundo en el que nacieron? ¿Qué es lo que provocó
la Gran Guerra?
Mientras seguía pensando en estas
preguntas, Alba se situó en el centro del templo y lanzó una mirada su
alrededor. El techo y las paredes del templo estaban decoradas con grandes
murales que parecían narrar el inicio de los tiempos. Alba empezó a caminar
junto a la pared situando la mano encima de las pinturas.
En el instante en el que la mano
tocó la pared se encendió una gran antorcha del templo iluminando toda la sala
con un intenso color verde. Parecía una llama de origen mágico. Antes de que se
diera cuenta, la llama cobró vida y salió proyectada hacía Alba inmolándola por
completo.
Alba: ¡Aaaaarg me quemo! ¿Eh? ¿Pero qué es esto? No está caliente…
Tal vez es un espíritu de energía como el Ormag que me encontré al llegar a
Seediria. Me pregunto si estará intentando mostrarme algo…
Como si de un rayo se tratase, las
llamas se disiparon del cuerpo de Alba y se lanzaron hacía las paredes del
templo iluminando unos huecos que parecían símbolos antiguos.
Alba: Yo conozco estos símbolos. Los he visto en la fuente antes.
Son palabras escritas en la lengua de los Ormag.
A medida que todos los símbolos se
iluminaban, la luz que se proyectaba al centro del templo empezaba a revelar una figura femenina hecha
de luz. Aquel espectáculo era una autentica danza entre luz y fuego que
superaba incluso los límites de la magia.
Aquella figura femenina abrió la
boca y de su interior salió un espíritu de luz que se aproximó al extremo
izquierdo de la pared del templo. Tras unos segundos, la figura femenina empezó
a cantar una hermosa canción a la vez que el espíritu de luz actuaba como
director de orquesta moviéndose por los símbolos de fuego.
Primero de izquierda a derecha,
luego de arriba abajo y finalmente de derecha a izquierda. Este movimiento se
repetía varias veces pero con cada pasada el espíritu de luz señalaba otras
palabras que cambiaban la melodía.
Astheri’son catan Or narim, ish narub bel’ir
Bal’anore shutan Or narim… Intyen’kar leffin
Othil san deet im’fanar sentharem Or narim, Im’nur sekya Or narim…
Ynfer’din katega itsurim… Or narim
Anbal’surin keytaran sephi’nur Or narim… Isk Or narim...
Aunque Alba no entendía el
significado de la canción pudo notar como la melodía se volvía más trágica al
final. Incluso parecía como si la figura femenina estuviera llorando mientras
cantaba.
Al acabar la canción el fuego
desapareció en un instante y con él, la figura femenina y el espíritu se
desvanecieron también.
Alba necesitaba saber que decía esa
canción. Seguro que tenía algo que ver con la historia de Seediria y el por qué
fue atacada y destruida. Sin embargo, el Ormag con el que se encontró cuando
llegó a Seediria había desaparecido sin dejar rastro y Artex tampoco hacía acto
de presencia.
Tal vez haya alguna biblioteca –
Pensó Alba –
Aunque los unicornios y los ositos
de gominola carecían de la habilidad para escribir, habían encontrado sus
propias formas de plasmar en los papeles todos sus conocimientos para que
futuras generaciones pudiesen alcanzar un nivel mayor de sabiduría.
El arte de la escritura deben
haberlo heredado de algún lugar –dijo Alba mientras investigaba un edificio que
parecía ser una biblioteca –
Alba: Lo sabía. Aquí hay montones de libros pero están demasiado
deteriorados y no puedo usarlos. Además están escritos en la lengua natal de
los Ormag así que ni siquiera puedo leerlos. Pero espera… ¿Qué es ese libro?
Alba encontró un libro que se había
conservado en un estado excelente. De hecho era el único que todavía conservaba
el color en la portada. Cuando Alba intentó abrirlo le resultó imposible. Tras
varios intentos vio que en la contraportada había algo parecido a unas ranuras
en las que había que colocar 3 piezas o algo parecido.
Alba comenzó a buscar las piezas
por toda la biblioteca pero solo fue capaz de encontrar 2 de ellas. La primera
la encontró entre una pila de libros y la segunda estaba en uno de los estantes
de la primera estantería.
La tercera sin embargo no aparecía
por ningún lado. La única explicación posible era que no estuviera dentro de la
biblioteca o que la hubieran escondido en algún lugar especial que solo un
Ormag pudiese encontrar.
Alba: Probaré a buscar por otros
edificios a ver si tengo mejor suerte.
Alba recorrió las ruinas de
Seediria pero no encontró ninguna pieza que encajara en la ranura. Ahora mismo
se encontraba en un callejón sin salida y tenía la seguridad de que la canción
era la clave para salir de allí. Agotada de tanto caminar, decidió sentarse en
la ribera del rio.
Mientras estaba sentada en la
ribera de lo que antiguamente había sido un rio que atravesaba la ciudad, miró
hacia el suelo erosionado y desgastado por el agua y se dio cuenta de que cada
vez que parpadeaba aparecía una letra escrita en el suelo.
Al principio pensó que era una
ilusión óptica provocada por el agotamiento pero con cada parpadeo aumentaban
las letras en el suelo. Alba comenzó a parpadear lo más rápido que pudo y
cuando terminó pudo ver la frase completa que, sorprendentemente, estaba
escrita en su idioma. Parecía una especie de acertijo…
“Dos guerreros van cabalgando
mientras que el tercero está caminando. Rápido avanzan los caballos mientras
que con pies de plomo se va más despacio. Recto siguen los caballeros mientras
que el camino curvo es el elegido por el tercero”
Alba no entendía el significado de
aquel acertijo extraño y por más que pensaba no le veía ningún sentido. Lo
mirara por donde lo mirara, los dos que iban a caballo eran mucho más listos
que el otro y el que iba caminando debería encontrar un caballo para ir junto a
los 3 por el camino recto.
Alba: Y además… ¿para que
tomar el camino con curvas? Seguro que por el camino recto se llega antes. Y
encima vas solo. O espera… quizás me estoy dejando llevar por la respuesta más
sencilla…
Tras meditarlo un poco más a fondo
Alba consiguió llegar a una respuesta un poco más elaborada pero todavía había
algo que se le escapaba…
Alba: Si hay dos que van por el camino recto, por regla general
este debe ser el camino más corto… o quizás por eso van a caballo, porque es el
camino más largo y tardarían más en llegar si fuesen a pie… pero sigue sin
cuadrarme el otro guerrero. ¿Para que caminar por un camino más corto si puedes
ir a caballo más cómodo y sin cansarte tanto?
Aun le faltaba algo… aparentemente
la actitud del tercer guerrero que iba caminando era totalmente ilógica e
irracional. A no ser…
Alba: ¡CLARO! Llevo todo el rato planteando el acertijo desde el
punto de vista de que los dos caballeros son los que tienen la razón. Que sean
dos contra uno no quiere decir que necesariamente tengan la razón. Tal vez
ellos estén equivocados y el guerrero que camina sea el que tenga la razón. Por
ejemplo si se dirigiesen al rio… ¡AL RIO!
En ese momento Alba lo entendió
todo. Las letras no habían aparecido en el río de Seediria por que sí,
precisamente le estaban dando una pista para resolver el acertijo. Si los
caballos intentasen cruzar el rio la corriente los arrastraría pero si por el
contrario fuesen caminando, podrían tomar el camino con curvas y llegar hasta
el puente.
El acertijo le estaba diciendo que
no por ser la decisión mayoritaria, tiene que ser la correcta.
Alba miró el libro de nuevo y extrajo
las piezas que había colocado en dos de las tres ranuras y en seguida se dio
cuenta de lo que había pasado. ¡Eran un engaño! Mientras gritaba estas palabras
se empezó a reír por el error que había cometido.
Alba: Llevo horas buscando una pieza que no existe jajaja. Que la
decisión más obvia sea la de introducir las piezas en las ranuras y que haya
encontrado dos de las tres piezas no quiere decir que la solución correcta sea
introducir las tres. Los Ormag me han tomado el pelo jajaja.
Alba se detuvo un instante a
observar la tercera ranura. Aparentemente no se podía distinguir ninguna
diferencia respecto a las otras dos. Las tres eran muy similares. Las tres
ranuras le recordaban a algo que había visto ya varias veces pero no acababa de
encontrar el que.
Alba: ¡El lenguaje de los Ormag se parece mucho a la forma de las
ranuras! Tal vez si voy al templo puedo intentar buscarlas.
Cuando llegó al templo encontró
varios símbolos que coincidían exactamente con las ranuras. Alba recordó la
canción de la figura femenina y aunque no se acordaba de todas las
palabras, había una que se repetía
varias veces.
Alba: ¡Or narim!
Cuando pronunció esas palabras una
luz cegadora inundó el interior del templo y Alba quedó deslumbrada por unos
segundos. Al abrir los ojos pudo ver que estaba volando por encima de la ciudad
de Seediria.
Skrill: Así que por fin has conseguido abrir el libro del fin de
los tiempos… Está claro que eres aquella que posee la luz. Eres la chica de la
que hablaban las leyendas de Seediria. Por cierto, mi nombre es Skrill.
Perdóname por no haberte acompañado en tu viaje por las ruinas pero era algo
que tenías que hacer tu sola.
Alba: Tienes un nombre muy bonito. ¿Podrías decirme donde estamos
Skrill?
Skrill: Los Ormag almacenábamos nuestros conocimientos en forma de
visiones dentro de los libros. Aunque todos los libros fueron quemados durante
la Gran Guerra, el libro del fin de los tiempos se protegió bien tras una
barrera antifuego. Lo que estás viendo ahora es el comienzo de la Gran Guerra y
la extinción de los Ormag.
Alba: Que horrible. ¿Por qué todas las razas atacaron Seediria? ¿No
era su ciudad natal?
Skrill: Así es. Pero todas las razas fueron corrompidas por el
poder del templo de Seediria y la fuente de la creación. Verás… los Ormag nacimos de la fuente de la
creación, nosotros no somos los creadores del universo ni nada parecido.
Nuestra misión era la de proteger la fuente y crear a las demás razas que
vivirían en Windfair.
Sin embargo… con el paso del tiempo
todas las razas se volvieron en contra nuestra en busca del poder de la fuente.
Fuimos asesinados por la mano de aquellos a quien la reina Elyra más quería.
Alba: ¿La reina Elyra era la figura femenina que cantaba en el
templo?
Skrill: Si… veo que has escuchado su canción. ¿Sabes qué dice?
Alba respondió negando con la
cabeza.
Skrill:
Resistid hijos de Seediria, proteged nuestra amada
fuente.
Adelante hijos de Seediria, no
debe caer.
El fin llegará si cae, hijos de Seediria. Ayudadme hijos de
Seediria.
¿Por qué atacáis hijos de Seediria?
No matéis a nuestro querido padre
hijos de Seediria… por favor, hijos de Seediria…
Alba: Que relato tan triste… ¿acaso los Ormag no luchasteis para
defender la ciudad? Porque la reina pide ayuda a los hijos de Seediria?
Skrill: Todas las razas de Windfair eran los hijos de Seediria.
Para Elyra, ver como sus hijos atacaban al padre de todos fue algo que le
rompió el corazón. Con una espada atravesándole el pecho, Elyra cantó con sus
últimas fuerzas esta canción desesperada mientras contemplaba entre lágrimas
como destruían la fuente de la creación.
Alba: ¿Y qué pasó después?
Skrill: Después sucedió la catástrofe. Al destruir la fuente de la
creación, no solo no consiguieron el poder que ansiaban sino que rompieron el
vínculo vital que los unía a este mundo. Cuando murió nuestro padre, todo
Windfair quedó sumido en una gran oscuridad. Las plantas y animales murieron,
los ríos se secaron y las estructuras se deterioraron.
Sin agua
ni comida, todas las razas de Windfair se extinguieron. Al final fueron
consumidos por el poder que tanto codiciaron.
Alba: Pero ahora en Windfair siguen habitando algunas razas y el
sol brilla con fuerza casi cada día. Además ta-
Antes de que acabara de hablar,
Skrill la interrumpió.
Skrill: El lugar donde vives no es Windfair. Es una copia que creó
uno de los guardianes más poderosos del mundo. Los pocos Ormag que sobrevivimos
a la Gran Guerra clamamos a los cielos el perdón de los guardianes y uno de
ellos apareció ante nosotros. En ese momento arrojó un frasco a la fuente de la
creación y esta empezó a brillar como nunca antes lo había hecho.
Todavía
recuerdo las palabras de aquel guardian:
“Este mundo ya está perdido. La
esencia de la vida que queda en él es demasiado débil y está a punto de
apagarse. Sin embargo todavía puedo llevármela a otro lugar y crear una réplica
de Windfair. Sin embargo, los Ormag no podéis venir. Debéis permanecer aquí
para que vuestra muerte sirva de advertencia para las futuras generaciones del
nuevo mundo”
Skrill: Después de decir aquello cogió la esencia de la fuente y
desapareció. Sin embargo no estamos
tristes. Aquella decisión fue la más acertada y los que quedábamos con vida la
aceptamos con una gran sonrisa. Al fin y al cabo, gracias a ello hoy estas aquí
Alba. O quizás debería decir reina Elyra.
Alba: ¿Yo?
Skrill: Eres aquella que posee la luz. Llevas en tu interior el
espíritu de nuestra reina. Es por eso que se te ha permitido entrar en
Seediria. Y ahora debes permanecer aquí para ocupar tu lugar entre las leyendas
del pasado.
Alba: Pero yo quiero volver a mi mundo y terminar con la guerra que
amenaza con destruir Windfair.
Skrill: Lo entiendo pero no es tan sencillo. Cuando el guardián se
llevó la esencia mágica de la fuente se llevó también un fragmento del corazón
de Elyra así como una parte de su espíritu y sus recuerdos. Y ahora que por fin
has regresado, Seediria puede descansar en paz. Ven, tienes que ir a la fuente
y devolverle a Elyra su corazón.
Cuando se aproximaron a la fuente,
la figura de la mujer femenina se materializó frente a ellos. La fuente empezó
a emanar agua y decenas de espíritus de Ormag se arremolinaron en aquel lugar.
Elyra: Bienvenida a Seediria, mi luz. No sabes cuánto he ansiado
este momento. Ahora por fin podré descansar junto al resto de los Ormag.
Alba: Perdonad reina Elyra. Pero yo no quiero quedarme aquí.
Pertenezco al nuevo mundo de Windfair y actualmente hay una guerra entre las
razas de Windfair y si continua muchas vidas se perderán. Usted debe saber de
primera mano el dolor de ver como unas razas que antaño vivían en harmonía se
matan entre sí. Usted experimentó esta tristeza en su día ¿verdad?
Elyra: Lo que dices es una visión terrible de Windfair. Nuestro
sacrificio fue por el bien del nuevo mundo. No puedo permitir que se vuelva a
repetir esa tragedia. Y sobre todo, no quiero que mi luz vea el fin de los
tiempos una segunda vez…
Skrill: Pero mi reina. Sin su corazón completo jamás podrá
descansar en paz. Llevamos milenios esperando este momento. El día en el que su
luz regresara a Seediria.
Elyra: Quizás mi destino nunca ha sido descansar en paz. A lo mejor
la parte que el guardián se llevó de mi corazón tenía reservada otro destino.
Sin embargo según las leyendas jamás podrás salir de Seediria, Alba.
Skrill: Existe una manera pero me niego en rotundo a ella. Si Alba
se fusiona contigo ella desaparecerá y tú podrás descansar definitivamente.
Pero si tú te fusionas con Alba, desaparecerás para siempre y Alba podrá regresar a su mundo viva.
Elyra: Tal vez mi espíritu no quiere descansar. Alba, mi luz.
Llévame al nuevo mundo. Llévame a Windfair. Si me ayudas te otorgaré todos mis
poderes y con el tiempo podrás emplear hechizos de gran nivel. ¿Le concederías
este último deseo a este espíritu atormentado?
Alba: Por supuesto reina Elyra. Se lo agradezco enormemente.
Elyra: No… soy yo la que debería darte las gracias. Por fin voy a
estar completa y de la mejor forma posible. Mis poderes ayudarán a salvar el
nuevo mundo que nació de la esencia de la fuente de la creación. No podía
desear un destino mejor.
Alba entró a la fuente y las dos se
dieron un abrazo. Mientras se abrazaban Elyra dejó caer una lágrima de
felicidad y el agua de la fuente empezó a recubrir sus cuerpos hasta unirlos en
uno solo.
Mientras Alba se elevaba hacía el
cielo con el espíritu de Elyra en su interior pudo ver como los Ormag volaban a
su alrededor de alegría y le decían adiós. Fue entonces cuando Alba recordó la
inscripción de la fuente de Seediria:
“Mientras
las aguas de la vida le muestran la verdad
el
poder de su corazón también florecerá
y
cuando eso suceda una lágrima caerá
que
llenará Seediria de plena felicidad.”