Tras un largo parón de
2 meses, por razones que van desde la más mundana pereza hasta la dedicación
que exige el máster que empecé precisamente este mes de octubre, hoy os traigo
uno de los animes de esta temporada de otoño que ha terminado hoy tras 12
capítulos.
He decidido cambiar un
poco el formato al que os tengo acostumbrados para pasar a un estilo más
descriptivo, en lugar de organizar las reseñas de una manera tan esquemática,
que a menudo puede desalentar al lector y hacerlo entrar en esa espiral de
monotonía que tanto miedo nos da a los escritores.
Young Black Jack nos
transporta a la época de los años 60, donde un joven estudiante de medicina,
que tiene unas habilidades propias de un auténtico genio en medicina, se
enfrenta a varios desafíos que cambian, para bien o para mal, su forma de ver
el mundo, no solo a nivel médico, sino también a nivel humano.
Operaciones ilegales,
tráfico de órganos, guerras, racismo, manifestaciones, corrupción... el vivo reflejo de
la sociedad mundial de aquella época, donde la guerra de Vietnam se convirtió
en la primera en ser televisada y la opinión pública marcó un antes y un
después en la historia del poder político.
Como habréis podido
deducir por estos dos últimos párrafos, este anime se puede englobar fácilmente
en el género seinen al tratar de temas que tienen un alto componente de madurez
y estar dirigido a un público principalmente adulto.
La historia, aunque
parece que sigue un cierto hilo argumental, creo que carece de un componente
conductor a lo largo de la trama. Hazama, el médico protagonista, tiene que
continuar su carrera para graduarse y obtener la licencia que le permita ser un
médico oficial. Este sería el hilo conductor del que hablaba. Sin embargo,
fuera de esto, cada capítulo es como una historia independiente.
Pero todas estas
historias independientes son las que nos ayudan a ver cómo será Hazama en el
futuro, su personalidad y convicción como médico, y su deseo innato de ayudar a
sus pacientes y salvar vidas.
En mi opinión, este sistema
es aceptable para un seinen, pero en determinados capítulos se echa de menos
esa sensación de querer saber como continúa, esa ansiedad que hace que estemos
pendientes de la fecha del siguiente capítulo como si nos fuera la vida en
ello.
Al margen de este hilo
argumental peculiar, que no considero que sea necesariamente negativo, la
animación del anime ha sido desarrollada por Tezuka Productions, que
curiosamente es el estudio que fundó Osamu Tezuka, autor del manga de Black
Jack, por lo que se podría decir que ha sido el mismo autor el encargado de animar
su obra. Algo que se nota en el cuidado de los detalles, especialmente en los
personajes.
Si bien no es la típica
animación a la que estamos acostumbrados, ha sido una decisión acertada. Tanto
para reflejar una animación más tradicional y acorde con la época como para
dotar de personalidad al anime y hacerlo único. Últimamente los estudios de
anime están optando por incluir pequeñas diferencias que rompen con los
patrones idénticos que se veían un par de años atrás. Eso es algo muy positivo
para la industria y para los espectadores.
Hablemos un poco de los
personajes. Básicamente yo pondría a 3 como los principales, básicamente por su
grado de aparición en la historia, aunque realmente todo el anime gira en torno
a Hazama mientras que al resto se les relega a un papel secundario. Maiko es
una interna de la universidad de medicina y Yabu es un amigo de Hazama, también
doctor.
Todos tienen sus
personalidades, aunque la más trabajada es sin duda la de Hazama, que va
evolucionando a lo largo de la serie. En cuanto a Maiko tiene una personalidad
muy cabezota, en todo el anime no para de repetir lo mismo una y otra vez,
aunque la final tiene un corazón noble y suele ablandarse. Yabu, por contra,
con sus inseguridades y problemas, quiere mejorar como médico y deja ver una
cierta evolución a mejor de su actitud, especialmente si la comparamos con la
de los primeros episodios donde es bastante inútil y, en cierta manera, hasta
odioso.
La música de este anime
esta trabajada, me declaro fan
incondicional del opening "I am feeling alive" interpretado por
Umi-kun, francamente se ha ido de cabeza a mi lista de openings favoritos. Por
otra parte el ending, interpretado por Takuto, no está mal pero el opening deja
el listón tan alto que es difícil de superar.
La banda sonora que
suena en los momentos de tensión, véase en algunas operaciones o momentos clave
de algunos capítulos, da ese toque de suspense que tanto me gusta y la verdad
es que es de agradecer.
En definitiva, Young
Black Jack es un anime que recomendaría a aquellas personas que sientan una
cierta predilección por el género seinen. La falta del hilo conductor de la
historia hace que sea un anime complicado de seguir para aquellos acostumbrados
a las historias shounen, que normalmente siguen una trama lineal (si no ponen
relleno, claro está)
Por lo demás es un
anime que merece la pena ver, el carisma de Hazama sacará vuestro médico
interior y os hará disfrutar con sus habilidades durante los 12 capítulos.