CAPÍTULO 19: EL ARTÍFICE DE LA
DESTRUCCIÓN
Los Phantom abrieron los
ojos sorprendidos por la noticia que acababan de recibir, todos excepto Bill,
que ya estaba preparado para recibir esa respuesta. Lo empezó a sospechar tras
su última charla, y ahora el espíritu de Magmoria acababa de confirmar sus
sospechas.
Drew:
¿Belazar está detrás de todo esto?
Frain:
Sabía que no era de fiar. Desprendía un aura tétrica que no me gustaba ni un
pelo.
Tommy:
Alguien que ataca a oneechan nunca será mi amigo. Sabía que era malo desde el
principio.
Freya:
Entonces debemos regresar a la Tierra y contarle a Arcan lo ocurrido.
Bill:
¿Y luego que harás? -Preguntó con cara de expectación.
Freya:
¿Acaso no es evidente? Haré que pague por sus crímenes.
Bill:
Una meta noble, sin duda. Pero a estas alturas Endalar ya debe haber sido
devastado por los Dauroni. Y aunque todavía resistieran, se nos prohibió el regreso
a Endalar y el gran archimago Arcan ha sido capturado por Adramelech. Llegar
hasta Belazar no es una opción sencilla.
Drew:
Hablas como si tuvieras un plan. Te escuchamos.
Bill:
¿Recordáis las palabras de la cazadora de vientos?
Las palabras de Alaria
resonaron en la cabeza de todos... "Encontrad la forma de derrotarlos. La
respuesta debe estar en su mundo... no nos falléis."
Annie:
¿Dices que el secreto para derrotar a los Dauroni está en Magmoria?
Bill:
Es una posibilidad. Aunque ignoro por completo qué puede ser.
Magmoria:
La clave está en las entrañas del planeta. -Dijo interrumpiendo la conversación
de los Phantom.
Frain:
¿Donde?
Magmoria:
En el lugar donde nos encontramos se encuentra la clave para derrotar a los
Dauroni y regresar a vuestro mundo.
Drew:
¿Y dónde está?
Magmoria:
Me temo que no puedo deciros nada, pues ni yo misma se donde se encuentra. Sin
embargo, siento un gran poder emanando de mis dominios, esa debe ser la fuente
que buscáis.
Bill:
Un gran poder... pero carecemos de la habilidad para usar la magia. Si ese
poder implica algún tipo de hechizo volveremos a estar en la misma situación
que al principio.
Nezerion:
No necesitaréis la magia para nada, jóvenes humanos.
Todos giraron la cabeza
hacia atrás y vieron al viejo Nezerion y Ayphon con una amable sonrisa en sus
caras.
Drew:
¿Nezerion? ¿Ayphon?
Nezerion: Pido disculpas por haberos abandonado, pero
todos tienen que pasar esta prueba si quieren hablar con la Madre Tierra. Me
alegro de que estéis todos bien.
Bill:
Eso carece de importancia ahora. Háblanos de la clave para derrotar a los
Dauroni.
Nezerion:
Lo que yace en las entrañas del planeta no es una herramienta para hacer daño a
sus habitantes, sino una herramienta para salvarlos de su propia locura.
Ocurrió hace ya muchos años...
Cuando Adramelech recibió
la visita de aquel humano, empezó a cambiar su forma de ser y todos los valores
en los que siempre había creído y defendido. La culminación de su nefasta
transformación ocurrió cuando fue a hablar con la Madre Tierra para pedirle
poder para derrotar a los humanos.
Cuando la Madre Tierra se
negó, Adramelech entró en cólera y desató su ira por los confines del planeta.
Antes de que la Madre Tierra lo expulsara para siempre de sus dominios,
Adramelech se arrancó el corazón del pecho y lo lanzó con fuerza a la parte más
profunda de Magmoria.
Aun con sus manos
ensangrentadas por tan violenta acción, empezó a reirse a carcajadas haciendo
eco de su poder y su recién adquirida inmortalidad. Tras aquello, el resto de
Dauroni comenzaron a corromperse también y olvidaron el camino de felicidad que
les fue prometido.
Y esa es la historia...
Bill:
Entonces estás diciendo que el corazón de Adramelech está en algún lugar de
Magmoria, y que con su ayuda podríamos devolverle la razón.
Nezerion:
Me temo que no es tan sencillo. ¿De verdad creéis que Adramelech cogerá su
corazón de buenas maneras? Probablemente ya haya olvidado incluso que lo tiró
aquí. Si se lo lleváis lo único que conseguiréis es que lo destruya.
Bill:
Entonces no alcanzo a comprender que valor puede tener un simple órgano.
Nezerion:
El corazón de Adramelech alberga en su interior sus verdaderos ideales, pero
más que eso, alberga en su interior el poder del humano que intentó corromperlo
pero no lo consiguió.
Drew:
Un momento... ¿estás insinuando que el corazón no fue corrompido?
Magmoria: Precisamente.
Como Nezerion ha dicho, desterré a Adramelech de este lugar. Pero no lo hice
por sus estúpidas ambiciones de poder, lo hice para proteger la única parte de
su espíritu que no había sido quebrantada.
Drew:
Su corazón...
Magmoria:
La mente de Adramelech estaba completamente nublada por la oscuridad de su
alma, pero su corazón resistía ante toda aquella corrupción y se mantenía firme
en sus convicciones. Sin embargo... Belazar había predicho lo que iba a ocurrir
así que trató de introducir su poder en el corazón de Adramelech lo máximo
posible.
Bill: A
ver si lo adivino... el corazón es lo que permite que la energía fluya hacía la
Tierra. ¿Me equivoco?
Magmoria sonrió levemente.
Magmoria: Eres
más listo de lo que pensaba, humano. El cráter donde yace el corazón se ha
convertido en la conexión que une los dos mundos. La energía pasa de Magmoria
hacía vuestro planeta, pero me temo que la situación ya es insostenible. Mi
poder ha ido menguando con el tiempo debido a la distorsión que creó Belazar.
Annie:
Entonces solo tenemos que extraer el corazón y todo volverá a la normalidad,
¿no?
Magmoria:
Me temo que no es tan sencillo. El corazón de Adramelech es lo que une los dos
mundos, si desaparece también lo hará la conexión entre los mundos.
Drew:
Es decir, que no podremos volver.
Magmoria:
Sí. Los dos mundos deben estar separados entre sí para que puedan coexistir, el
enlace solo perjudicará a uno de los dos mundos. Y a largo plazo, supondrá mi
muerte y la destrucción de Magmoria.
Nezerion:
¿Entendéis ahora por qué Adramelech ha enloquecido? Intenta salvar a su pueblo
de la extinción, lo que no sabe es que los causantes no sois vosotros, sino el
nigromante que ha estado moviendo los hilos desde las sombras.
Bill:
Entonces debemos hacerle entrar en razón... aunque es más fácil decirlo que
hacerlo. Su odio hacía los seres humanos es demasiado grande, dudo que se
siente con nosotros a charlar.
Drew:
Tal vez no funcione con él, ¿pero y con sus guerreros? Es probable que ansíen
ver a su antiguo líder de vuelta.
Nezerion:
No creo que eso funcione. Para el resto de los Dauroni, Adramelech sigue siendo
el líder con una voluntad inquebrantable y al que merece la pena seguir. No
renunciarán a él tan fácilmente.
Bill:
Entonces nuestro camino está claro. Debemos volver a nuestro mundo y derrotar a
Belazar. Es la única manera de hacer que Adramelech y el ejército Dauroni entre
en razón. Tenemos que cortar el vínculo entre los dos mundos y recuperar la
ansiada paz que nos merecemos.
Magmoria:
La barrera que erigieron los magos sigue estando presente pero se ha debilitado
enormemente en los últimos días. Vuestra presencia aquí lo confirma.
Frain:
¿Puedes mandarnos de regreso a nuestro planeta?
Magmoria:
Intentaré comunicarme con Terrak ahora que la barrera está débil. Entre los dos
deberíamos poder trasladaros sin que sufráis ningún percance. Sin embargo,
derrotar a Belazar no va a ser tan sencillo como vosotros creéis.
Bill:
Es cierto, tal vez me haya precipitado. Un hombre tan poderoso como para cruzar
la barrera que los mejores magos erigieron entre los dos mundos no debe tomarse
a la ligera. Es posible que nos enfrentemos al mayor mago de todo Endalar, y su
dominio de las artes oscuras lo hace aun más peligroso.
Nezerion:
Debéis extraer el poder del corazón de Adramelech y usarlo para mejorar
vuestras armas. Si lo conseguís podréis combatir la magia oscura con magia
oscura. No estaréis a la altura del hechicero original pero vuestras
posibilidades de victoria aumentaran considerablemente.
Freya:
La pregunta del millón es... ¿cómo lo hacemos?
Drew: No
podemos imbuir poder a nuestras armas. Ni siquiera encantarlas. Nuestros
mentores se encargaron de todo y es evidente que tuvieron que usar algo de
magia para hacerlo.
Frain:
Entonces quizás debamos estudiar otras opciones.
Nezerion se empezó a reir y
señaló a Magmoria.
Nezerion:
¿Tenéis al espíritu de la Madre Tierra frente a vuestros ojos y decís que no
tenéis el poder para encantar vuestras armas?
Magmoria:
El único problema es que no puedo inmiscuirme en los asuntos de los mortales
por mi cuenta. Rompería el equilibrio entre el mundo real y el mundo etéreo.
Erk'zar:
Dejad que yo actúe como el catalizador de la Madre Tierra.
Nezerion:
¡No! A tu edad no podrás soportar una posesión, deja que yo me encargue.
Erk'zar:
Hahaha, me alegra que te preocupes por mi Nezerion, pero tú nunca has estado
conectado a la Madre Tierra de la misma forma que yo. Además tampoco es que me
quede mucho tiempo de vida.
Nezerion:
¡Pero no debes! -Dijo con una cara de tristeza y frustración. La aldea te
necesita.
Erk'zar:
He encontrado un sucesor digno para proteger la aldea. -Dijo mientras señalaba
a Nezerion. Sé que cuidarás bien de los Dauroni hasta el regreso de Adramelech.
Nezerion agachó la cabeza
en señal de respeto y los Phantom, conscientes de la situación, actuaron de la
misma forma.
Erk'zar:
Vamos allá, Madre Tierra. Concédeme tu poder una última vez y deja que este
pobre anciano recuerde tiempos mejores.
Magmoria:
Que así sea. Demos el poder a estos jóvenes humanos para que forjen el futuro
que se merecen.
Tras estas palabras,
Magmoria se introdujo en el cuerpo de Erk'zar y se dirigieron al crater donde
yacía el corazón de Adramelech. Gracias a los poderes del gran espíritu,
Erk'zar extrajo un poco de la esencia mágica de Belazar y la transfirió a las
armas de los Phantom que ya habían sido imbuidas previamente con la magia de
sus maestros.
La colisión entre los dos
tipos de magia creó una reacción extremadamente poderosa que transformó las
armas de los Phantom y les confirió un poder sin precedentes. El límite de usos
había desaparecido, podían usarlas tantas veces como quisieran sin necesidad de
usar su propia energía vital.
Una vez finalizada la
transferencia, Magmoria abandonó el cuerpo de Erk'zar y el anciano cayó
lentamente al suelo, donde cerró los ojos para siempre, con una amplia sonrisa
en su rostro.
El pequeño Ayphon estaba un
poco afectado por la muerte del anciano, por lo que Tommy corrió a abrazarlo
para consolarlo.
Tommy: No
pasa nada, todos morimos en algún momento. Es el ciclo de la vida. -Dijo mientras
le acariciaba la cabeza gentilmente.
Ayphon asintió mientras se
secaba las lágrimas de sus ojos y esbozaba una sonrisa de alivio y gratitud.
Drew:
¿Tenemos clara cuál es nuestra misión?
Frain:
El sacrificio de Erk'zar no será en vano. En nuestros hombros recae su sueño y
sus ideales.
Freya:
Hagámoslo.
Annie:
Recuperemos la paz de ambos mundos para siempre.
Tommy:
¡Tenemos que ganar!
Los Phantom hicieron un
círculo grupal con sus brazos y corearon un último grito de batalla antes de la
batalla final:
-¡Por la victoria!