CAPÍTULO VII: LA ASAMBLEA DE GUERRA
Alba despertó en el establo y a su lado se encontraba su
padre adoptivo con un rostro de preocupación. En cuanto abrió los ojos su padre
empezó a brincar de alegría y abrazó a Alba torpemente con sus pezuñas
mientras, entre lágrimas, decía:
¡Gracias a los cielos, estás bien! Pensaba que no iba a
volver a verte.
Alba se incorporó lentamente y frente a ella pudo distinguir
otra figura equina, pero parecía más robusta y fuerte. Se frotó los ojos y vio
a la Reina Syria, allí, en su casa.
Syria: Menos mal que te has recuperado. Pensábamos que te
habíamos perdido para siempre.
Alba: ¿Qué ha pasado con Seediria? Tengo los recuerdos un
poco borrosos. ¿Dónde está Ártex?
Syria y el padre de Alba se miraron desconcertados, como si
no supiesen de lo que estaba hablando.
Syria: Llevas durmiendo más de 3 días, es posible que los
efectos del sueño todavía estén distorsionando tu visión de la realidad.
Alba: No… estoy segura de que lo he vivido. Ártex vino a
verme y me llevó a un bosque donde encontré una fuente y viaje a Seediria y
además… todo eso… ha sido real ¿no?
Syria: Me temo que todavía necesitas descansar. Cuando
llegué para hablar sobre la posibilidad de construir una armadura especial para
ti te encontré tirada en el suelo, inconsciente.
Alba: Pero… no puede ser… estoy segura de que lo que vi era
real… ¡puedo demostrarlo!
Alba extendió la palma de su mano e instintivamente
pronunció un hechizo que provocó una pequeña llamarada que se elevó
prácticamente hasta el techo del establo. Syria no podía dar crédito a lo que
veía, y el padre de Alba se había desmayado de la impresión.
Syria: Es la primera vez que veo algo así… he leído
historias antiguas de civilizaciones pasadas como los Ormag que podían
manipular los elementos y controlarlos… pero tenía entendido que solo eran una
leyenda… no se han encontrado indicios de magia en todo Windfair desde la era Aris…
hasta ahora.
Alba: ¿Ves? Fui a Seediria y aprendí sobre el pasado, el
otro mundo, y hablé con Elyra que fue la que me dio la magia.
Syria interrumpió a Alba abruptamente.
Syria: Un momento… ¿has dicho Elyra? ¿Has conocido a la
legendaria Reina Elyra? ¡Es imposible! Tiene que haber otra explicación para
esto, no puede ser cierto…
Alba: Pues es la verdad. Conocí a Elyra y ella me imbuyó con
su espíritu y me devolvió a Windfair.
Syria: ¿Estás diciendo que el espíritu de Elyra ahora yace
en tu interior? Sabía que eras especial desde el primer momento que te vi
llegar a Tensora a lomos de tu padre… tu poder podría darle la vuelta a esta
guerra. Esta… magia puede ser lo que necesitamos para vencer a las pingüinas
yandere.
Mientras Alba le contaba a Syria todo lo que había sucedido
en su viaje fantástico, al otro lado del continente los ositos de gominola se
preparaban para la reunión de alto secreto con los unicornios para determinar
que hacer de ahora en adelante.
Javi había estado entrenando muy duro y su armadura y arma
se habían fortalecido aún más con el tiempo. Ahora mismo estaba al nivel de los
más veteranos ositos y el jefe de la aldea le había otorgado la medalla de
frambuesa, la mayor condecoración de los ositos guerreros.
El jefe de la aldea eligió a Javi a un escuadrón de 6 ositos
guerreros como su escolta personal y se montaron en los transportadores de
gelatina y pusieron rumbo a la I Asamblea de Guerra de Windfair.
Syria y sus unicornios también estaban de camino al punto de
reunión.
Se decidió que la asamblea se realizaría en el pilar de la creación,
una estructura antigua en el centro de Windfair que se cree que fue el antiguo
emplazamiento de la fuente de la creación y donde se reunían todas las razas
para hablar. Para los habitantes de Windfair este lugar era como un punto de
reunión sagrado al que solo había que acudir en momentos decisivos.
Tanto Javi como Alba se quedaron sorprendidos ante la
majestuosidad de aquel edificio. A pesar de haber sido castigado con el paso de
los años y de estar prácticamente en ruinas, era una estructura que hacía honor
a su nombre.
Tenía 6 entradas, cada una situada en una dirección con una
gran puerta adornada con lo que parecían ser gemas y según cuenta la leyenda,
las diferentes razas de Windfair tenían su correspondiente entrada y a través
de ella llegaban a la sala central, donde se celebraba la reunión.
Como no podía ser de otra forma, respetando la leyenda, los
unicornios entraron por la entrada oeste y los ositos de gominola atravesaron
la entrada este. Una vez dentro, prácticamente no había ni un atisbo de luz y
lo único que iluminaba los pasadizos eran unas pequeñas velas colocadas en la
pared.
El camino se dividía en 2. Una larga escalera que parecía
ascender hacía el cielo y un camino recto donde parecía verse luz al final del
túnel. El edificio se diseñó así para que los reyes hablaran desde la parte
elevada, mientras sus guardias se apostaban en la cámara baja de la sala
central.
Dos ositos de gominola y dos unicornios se quedaron
guardando el camino de las escaleras mientras que el resto de escoltas se
dirigieron hacía la gran sala central. Sin duda alguna, aquel lugar era algo
mágico.
Una vez en la sala central, tanto los unicornios como los
ositos de gominola se quedaron asombrados. Pero sin duda alguna los dos
guerreros que se quedaron más perplejos fueron Alba y Javi. Se miraron
detenidamente el uno al otro y respondieron prácticamente al unísono –Eres
igual… a mí.
Ajenos a todo cuanto les rodeaba tanto Javi como Alba no
podían creer lo que estaban viendo. Desde pequeños habían pensado
respectivamente que eran los únicos seres de carne y hueso de todo Windfair y
ahora se habían encontrado el uno al otro. Fue un encuentro sin precedentes.
Algo que sin duda alguna quedaría grabado en la memoria de ambos y en la
historia de Windfair.
La asamblea de guerra había pasado a un segundo plano tras
aquel encuentro. Los guerreros de ambas facciones que se encontraban en la sala
central estaban sin palabras. Javi, portador de la armadura arcoíris; y Alba,
elegida de la Elyra; los dos hermanos separados al nacer estaban a punto de
descubrir su destino…
Javi fue el primero en hablar, con una voz temblorosa y un
tono claramente asombrado.
Javi: ¿Recuerdas donde naciste? ¿Sabes quién soy, de donde
vengo yo? ¿Hay más como nosotros en Windfair? ¿Qué es lo que somos?
Alba negó con la cabeza: Yo tengo las mismas preguntas para
ti, siento no poder ser de ayuda. Es la primera vez que veo a otra persona
igual que yo en Windfair, creía que yo era la única…
Javi le contó todo lo que pudo sobre su vida con los ositos
de gominola y como se había convertido en un guerrero para luchar contra las
pingüinas yandere y preservar la paz. Alba le habló de la historia de Seediria
y como se había convertido en una guerrera de los unicornios que podía usar
magia ancestral.
Los dos se miraron a los ojos un instante y agacharon la
cabeza con tristeza. Seguían igual que antes, no sabían nada de su pasado ni de
por qué estaban ahí. Sin embargo se habían dado cuenta de algo…
Alba: Javi… ¿te has dado cuenta de que los dos buscamos lo
mismo?
Javi: Sí… tal vez no sepamos nada de nuestro pasado pero si
avanzamos al futuro tal vez lo descubramos.
Alba: Eso mismo había pensado yo. Ambos buscamos la paz en
Windfair, tal vez es el motivo por el que estamos aquí. Es posible que la
respuesta que buscamos no esté en el pasado sino en el futuro.
La conversación de Javi y Alba fue interrumpida abruptamente
por el sonido estridente de una campana en lo alto de la torre que extendía el
sonido por todos los rincones de la estructura.
Soldado: El Jefe de los ositos de gominola y la Reina de los
unicornios han tomado una decisión en la asamblea de Windfair. Ambas razas
enviaran sus tropas al frente para acabar con la amenaza de las pingüinas
yandere. ¡Lucharemos por la paz de Windfair!
Alba y Javi se miraron decididos y se prepararon para reunir
a todas las tropas y partir hacia el frente. Aunque el encuentro fue corto,
ambos obtuvieron la misma respuesta. El destino de los dos hermanos estaba cada
vez más cerca.